¿Qué pasará con las relaciones Venezuela-Nicaragua si pierde Maduro las elecciones?

El panorama de una victoria opositora amenaza a un aliado que el régimen sandinista de Nicaragua ha dado por sentado los últimos 17 años.

  • San José, Costa Rica
  • 2:02 pm
  • Jul 26, 2024

Daniel Ortega y Nicolás Maduro han mantenido la relación de complicidad y cercanía que entabló el caudillo sandinista con el fallecido dictador Hugo Chávez.

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República 18

Las relaciones entre el régimen sandinista de Daniel Ortega en Nicaragua y el régimen chavista de Venezuela podrían tomar un rumbo incierto.

Con las elecciones presidenciales de Venezuela programadas para el domingo 28 de julio, los 25 años de hegemonía chavista en Venezuela, encabezada la última década por Nicolás Maduro, son desafiados por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), una alianza de la sociedad civil que incluye a sindicatos, militares retirados, partidos políticos y diputados de la IV Asamblea Nacional venezolana (2016-2021).

A la cabeza del esfuerzo opositor está Edmundo González Urrutia, diplomático y analista político que asumió la candidatura a la presidencia en abril de 2024, tras la inhabilitación de la anterior candidata, Corina Yoris, por designio del régimen chavista, quien a su vez había sustituido a María Corina Machado, inhabilitada en enero bajo la misma dinámica.

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Una victoria de Maduro aseguraría continuidad a las relaciones que han construido ambos regímenes socialistas desde el regreso al poder del sandinismo en 2007. Por el contrario, es casi seguro que una Venezuela con liderazgo opositor buscará aplicar presión al régimen de Ortega y a su vez exigirá retribución por el despilfarro del chavismo en varios proyectos ejecutados irresponsablemente en Nicaragua.

A juicio del economista y ex-preso político del régimen sandinista, Juan Sebastián Chamorro, un triunfo opositor serviría para reavivar las esperanzas de la oposición nicaragüense. Chamorro, como varios otros líderes opositores nicaragüenses, expresó admiración por el esfuerzo opositor venezolano, así como su apoyo a González y a María Corina Machado.

El pueblo nicaragüense y el venezolano comparten sus deseos de vivir en paz, libertad y democracia“, agregó Chamorro, quien confía en que “el pueblo venezolano” ya ha tomado una decisión de destronar al chavismo.

Es posible que una nueva administración antichavista en Venezuela incida en procesos de democratización en la región, sobre todo en dirección a Nicaragua y a Cuba por la cercanía entre el chavismo y los regímenes de ambos países. Pero aquello sólo sería posible a largo plazo, considerando los retos que enfrentaría.

Venezuela resultó profundamente empobrecida luego de 25 años de gobierno chavista. Asimismo, los socialistas venezolanos podrían no contentarse con una derrota. El propio Maduro amenazó con “un baño de sangre” y “una guerra civil” en el caso de perder “la más grande victoria” del pueblo venezolano, como se refiere a la consolidación del régimen chavista.

Aún si se trata de un desarrollo a largo plazo, el desacoplamiento de Venezuela de organismos nacidos del chavismo, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), debilitaría la posición de la izquierda autoritaria en todo el continente, así como se cerrarían espacios amplios para potencias como Rusia y China en la región.