Régimen celebrará 45 años de revolución con pocos representantes

El aislamiento del régimen sandinista se hace una vez más evidente: naciones sin lazos reales con Nicaragua y regímenes autoritarios son los principales invitados a la celebración del 19 de julio.

  • San José, Costa Rica
  • 10:35 am
  • Jul 18, 2024
Ortega y Murillo

El régimen de Rosario Murillo y Daniel Ortega no ha vuelto a capturar la energía que caracterizaba a las celebraciones del 19 de julio de años anteriores.

Medios Oficialistas
República 18

La mayor celebración del oficialismo, el 45 aniversario de la revolución sandinista, será recibido este viernes, 19 de julio, en conjunto con una serie de delegaciones internacionales que palidece en comparación a la de año anteriores.

Ahora el régimen sandinista, aislado de buena parte de la comunidad internacional por sus abusos a las libertades más básicas y los derechos humanos, encuentra la compañía únicamente de otros regímenes autoritarios y países poco relevantes al devenir nacional.

Vietnam, Zimbabue, San Vicente y las Granadinas, Rusia, Kuwait, Catar, Ghana, Costa de Marfil, Cuba, Angola, Argelia, Bielorrusia, Burkina Faso, Palestina y Sudáfrica son las que han sido confirmadas por medios oficialistas.

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La mayoría son regímenes homólogos al nicaragüense en cuanto a políticas represivas se refiere, como es el caso de la Rusia de Vladimir Putin, la Bielorrusia de Alexánder Lukashenko, el Vietnam unipartidista y la Cuba castrista. Otros son autocracia islámicas, como Catar y Kuwait.

También les acompañan delegaciones no oficiales, es decir, de ciudadanos privados, provenientes de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos. Se trata de activistas de izquierda afines al régimen, “compañeros legendarios”, en palabras de la segunda al mando y vocera del régimen, Rosario Murillo.

“Estamos hablando más de 700 hermanos y hermanas que están llegando para cantar con nosotros, cantar al amor de los amores”, agregó Murillo en su alocución del martes, 16 de julio.

Una revolución nicaragüense

La situación contrasta bastante con el pasado del sandinismo. Antaño la revolución sandinista fue reconocida internacionalmente como un ejemplo de cambio social. En palabras del politólogo y economista nicaragüense Enrique Sáenz, aquello fue posible sólo porque “en una primera etapa fue una revolución nicaragüense“, no exclusivamente sandinista.

“Ahí se comprometieron sectores religiosos, empresariales y políticos que no eran sandinistas. Tomaron riesgos y asumieron incluso en la Junta de Gobierno”, dijo Sáenz, refiriéndose a la amplia coalición sociopolítica que, con respaldo internacional, encaró al somocismo en sus últimos años y dejó el camino libre a la guerrilla.

Después la revolución fue apropiada por el Frente Sandinista, explicó Sáenz. Ni un año había pasado cuando los representantes civiles se retiraron de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, impedidos por el control sandinista de los nacientes órganos del nuevo Estado revolucionario.

“En consecuencia, se partió a la sociedad nicaragüense, se polarizó a la sociedad y todavía no termina la polarización“, explicó.

El régimen sandinista, derrotado en las elecciones en 1990 y reinstituido con un nuevo modelo en 2007, cuenta ahora con los índices de aprobación más bajos de su historia, con aliados indolentes y en el ojo de sanciones y condenas. Las celebraciones y la retórica es lo único que queda del sueño revolucionario.

“La mayor desgracia es que después de las expectativas que generó aún en sectores no sandinistas, pero también en sectores sandinistas, ahora nos encontremos con la aberración estén intentando imponer al pueblo nicaragüense la tragedia de una dictadura, que ya se la impusieron, más una dinastía que pretenden imponer“, concluyó Sáenz.