Fentanilo: la droga que ha acabado con varios nicaragüenses en Estados Unidos

Dadas las circunstancias y a veces por la discreción familiar, es difícil estimar la cantidad de nicaragüenses que han sucumbido a la adicción en Estados Unidos.

  • San José, Costa Rica
  • 4:29 pm
  • Jul 8, 2024

Desahuciados en Philadelphia, una imagen tristemente común en algunas de las ciudades más grandes de Estados Unidos.

Getty Images
República 18

El año pasado, al menos 40 nicaragüenses habían muerto por sobredosis o complicaciones ligadas al fentanilo en los Estados Unidos. No hay un conteo oficial, pero desde entonces al menos un nicaragüense más falleció al haber consumido la droga. Se trata de una de las drogas más peligrosas en circulación y ha cobrado más de 70 mil vidas el último año en Estados Unidos.

A pesar de su relativamente reciente aparición (alrededor de 2013, pero con antecedentes en la década del ’90, según la Agencia de Drogas y Alimentos de Estados Unidos), el fentanilo pronto se convirtió en uno de los principales vectores de la epidemia de los opioides en el continente americano.

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Popularmente le llaman “la droga zombie” porque genera un estado de relajación tal que los más afectados deambulan por las calles de forma lenta y errática, encorvados y flácidos, con la piel fría, a veces llagada, la respiración lenta y las pupilas de un tamaño anormalmente reducido.

Según reportes de la Comunidad Nicaragüense de Texas (TNC, por sus siglas en inglés), la mayoría de las víctimas nicaragüenses de sobredosis de esta sustancia son varones de entre 20 y 30 años. A menudo, acuden a las drogas como un mecanismo de aguante ante las presiones propias de la vida estadounidense y la desolación al encontrarse aislados de sus entornos y seres queridos.

Al no tener apoyos humanos, muchos recurren a otros mecanismos de afrontamiento, como la comida, que lleva a la obesidad, o las drogas y el alcohol, y en muchos centros urbanos el consumo de sustancias está muy normalizado“, señaló a República 18 la psicóloga con especialidad forense, Imelda Torres.

Es lógico desarrollar un duelo migratorio por la brecha de idioma, costumbres, el cansancio por la explotación laboral, la falta de acceso a la salud física y en mayor medida todavía a la emocional. Además, muchos no tienen a nadie que los ayude, ni siquiera familiares, porque muchas veces están muy ocupados o muy lejos“, explicó Torres.

La estricta cultura laboral y el marcado individualismo de la sociedad estadounidense contrastan con las actitudes más “relajadas” y el sentido de comunidad propio de los nicaragüenses, señaló la experta. Para muchos migrantes, las únicas opciones laborales son mal pagadas y se mantienen en situación de explotación e irregularidad.

En Estados Unidos, la pobreza está concentrada en barrios centrales de muchas ciudades grandes, a menudo poblados por personas de origen afroamericano y migrantes incapaces de costear mejores lugares para vivir. Estas zonas y estas porciones demográficas son las más golpeadas por la epidemia de los opioides.

Y una vez en la drogadicción, salir de la pobreza resulta mucho más difícil, es más probable recurrir a la delincuencia apremiado por los efectos de las sustancias. Se trata de un ciclo del cual es muy complejo salir sin ayuda externa y profesional, y del cual muchos simplemente no lo logran.