Nicaragua legitima al gobierno terrorista del Talibán nombrando embajador
El Talibán, que gobierna Afganistán desde 2021, ha sido designado por Estados Unidos como una organización terrorista.

Tanto el régimen islámico de Afganistán como el régimen sandinista de Nicaragua han sido señalados por abusos graves a los derechos humanos y las libertades básicas en sus respectivos países.
El régimen sandinista de Daniel Ortega en Nicaragua anunció que entablará relaciones diplomáticas con el Emirato Islámica de Afganistán el pasado viernes, 21 de junio. Dicha nación centroasiática lleva, desde 2021, gobernada por el movimiento terrorista del Talibán, un grupo insurgente con una interpretación fundamentalista del Islam, señalado ampliamente por violaciones a los derechos humanos.
El régimen nombró a Michael Campbell, jefe de la misión nicaragüense en China, para asumir la embajada desde Beijing.
Desde el retiro de la presencia militar estadounidense en 2021, tras 20 años en el terreno defendiendo al gobierno secular de la ya extinta República de Afganistán, el gobierno Talibán, designado como “terrorista” por Estados Unidos, carece de reconocimiento internacional.
El Talibán ya había gobernado Afganistán entre 1996 y 2001, entonces con reconocimiento limitado de la comunidad internacional, principalmente de otros países de línea musulmana radical.
Lea además: Dictadura recibe plácet para embajada en Corea del Norte
El Ministerio de Relaciones Exteriores del Talibán celebró la decisión y “espera que se sigan ampliando las relaciones bilaterales en áreas de interés mutuo”, según mencionó en un comunicado.
Solamente China ha nombrado un embajador desde que el Talibán reconquistó el país en 2021, pero 17 embajadas todavía operan en Kabul, muchas de ellas con “encargados de negocios“, funcionarios con facultades análogas a las de un embajador pero sin el peso de un nombramiento.
Carlos Cascante, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Costa Rica (UCR), dijo a República 18 que la estrategia del régimen nicaragüense de estrechar lazos con Estados forajidos no tiene el efecto escandaloso que parece tener en mente.
“Estados Unidos ya lo ve como parte del panorama. De Ortega y Murillo siempre se espera esto”, apuntó.
Sin embargo, Nicaragua podría enfrentar sanciones vinculadas al terrorismo dada la Orden Ejecutiva 13224 que enumera la lista de Terroristas Globales Especialmente Designados (SDGT) y que incluye a Afganistán.
Más allá de eso, Cascante apunta que, como en el caso del nombramiento de un embajador nicaragüense para Corea del Norte, “no hay consecuencia real o efectiva que convierta a Nicaragua en una amenaza“.
A su ver, no suponen más que “bravuconadas” del régimen sandinista para provocar al gobierno estadounidense.