El suplicio de los periodistas independientes que aún permanecen en Nicaragua
Es difícil estimar cuántos quedan, pero aún en Nicaragua los periodistas independientes, enfrentados a adversidades cuantiosas, continúan informando.
Flavio despertó con el sonido del zinc en su techo retumbando salvajemente, un crujido rompiendo la calma de la madrugada. Tomó aire y caminó en la oscuridad hasta la sala, luego a la cocina. Encendió cada luz de la casa hasta llegar al baño. Allí estuvo de pie un momento, entre paredes, desde su punto de vista, cada vez estrechas.
El silencio de la noche era ilusorio; todo un coro de pequeños ruidos que normalmente pasaba por alto ahora le corroían la cabeza de a poco.
Tenía la impresión de que alguien se había metido a su casa. Mil escenarios distintos en los que era apresado, lanzado como animal a un foso, golpeado, humillado, pasaron por su mente como un carrusel. Tembló, sudó, el corazón se le disparó, pero no era nada. En el techo sólo estaban los gatos del barrio.
Aquello había sido un ataque de ansiedad, según confirmaría luego con un profesional de la salud. “No es la primera vez que me pasa”, dijo a República 18 el joven periodista que, por motivos de seguridad, nos pidió resguardar su identidad con un pseudónimo.
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Al menos dos centenares de periodistas independientes han abandonado Nicaragua para evadir la represión del régimen sandinista en su contra. Flavio es parte de un puñado de periodistas que quedó atrás. El número exacto es difícil, sino es que imposible e improductivo precisar.
En su mayoría jóvenes no titulados y con tan poca experiencia como recursos que han tenido que enfrentar las consecuencias de la represión, con sus respectivas secuelas psicológicas, sociales y económicas.
Fantasmas
“Ni yo ni ninguno de mis compañeros ha firmado jamás los trabajos que publican de nosotros. Hasta dentro de la profesión somos fantasmas. Sólo nos conocen donde hemos trabajado y aquí en Nicaragua obviamente no podemos trabajar, así que siempre tenemos que buscar algo afuera”, dijo Flavio, agregando que es ese secretismo lo único que le permite estar aún en Nicaragua.
Según un estudio de la organización de Periodistas y Comunicadores de Nicaragua (PCIN), en el país departamentos enteros han quedado sin un sólo periodista independiente. Según el estimado de esa organización, en el país podría haber tan pocos como 120 periodistas, un número que va decreciendo conforme las presiones se vuelven insoportables y muchos acuden a migrar.
“Yo antes no quería irme (del país). Ahora sí quiero, pero ni antes ni ahora hubiese podido. Simplemente no tengo los recursos”, lamentó Flavio.
Desistir
Por su parte, Ismael, pseudónimo de otro joven periodista temeroso por su seguridad, dijo a República 18 que la profesión no ha sido amable con él. “Se paga poco e irregularmente, se trabaja mucho y encima ponés en peligro tu vida”, expresó.
“A mí me han amenazado siete veces en lo que va de mi carrera por la mera sospecha y no puedo salir de mi casa tranquilo. Yo entiendo que se trata de un compromiso, una vocación que uno tiene y he dado lo mejor de mí, pero llega un punto en el que te quebrás“, agregó el joven.
PCIN recuerda constantemente a Víctor Ticay (en la imagen), uno de los periodistas presos políticos cuya detención ha impactado a la profesión, recordando los peligros a los que se enfrentan los comunicadores. Foto: República 18
Ismael ya no trabaja en nada relacionado en periodismo, habiéndose volcado a la comunicación empresarial. Confiesa que ha tenido malas experiencias con algunos empleadores en el área periodística. “Algunos se aprovechan del riesgo que uno pasa acá, de que no te podés quejar con ninguna institución, para explotarte y hacerte sentir mal“, dijo el joven.
“Y luego no te quieren recomendar, y eso es la muerte laboral en un medio de tan bajo perfil y bajo asedio“, acotó.
Eso, lamentó Ismael, daña más a una profesión ya de por sí amenazada.
En su más reciente informe sobre libertad de prensa, publicado cada Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Relatoría Especial para la Liberta de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó que “casi un 40% de periodistas independientes de Nicaragua habría decidido abandonar la profesión”
Por otro lado, “quienes continúan informando dentro de Nicaragua lo hacen desde la ‘clandestinidad’, con el miedo de poder ser detenidos en cualquier momento, o en medios de ‘bajo perfil’“.
Una profesión asediada
El pasado 1 de marzo, día nacional del periodista, PCIN destacó que estas agresiones se han extendido incluso a otros países. México, Estados Unidos, Guatemala y Costa Rica fueron escenario de poco más de la mitad de las agresiones registradas en lo que va de 2024.
Ante estas presiones, “cinco medios han dejado de publicar y uno cambió su perfil de noticioso a académico“, constató PCIN. Martha Irene Sánchez, integrante del comité ejecutivo de la organización, admitió que “se llega a esta conmemoración con escenarios nada alentadores”.
“Ahorita tengo entendido que hay una crisis de personal. Muchos se están yendo, lo veo en mis compañeros. Y los que más van a aguantarlo son los que de verdad sienten un llamado por el periodismo, pero hasta ellos tienen que comer y son humanos, y es triste que se pierda el talento que dedicaban a algo que les gustaba y aportaba bastante al país”, concluyó.
Flavio, por su parte, no se desanima y aunque reconoce todas las condiciones que llevaron a su colega a desistir de la profesión, cree que mucho de ello es sólo consecuencia del mal momento que se vive, uno en cuyo fin tiene especial fe. “Algún día voy a poder decir, gritarlo si quiero, que soy periodista; cuando mejoren las cosas”, declaró.