Encuentran viviendo en un basurero a nicaragüense desaparecido hace un año en Estados Unidos
La persona de 31 años, fue encontrada tras aproximadamente un año de haber perdido contacto con sus seres queridos.
Un ciudadano nicaragüense identificado como las iniciales L.S, de 31 años, que migró hacia Estados Unidos y fue reportado como desaparecido hace aproximadamente un año, fue encontrado viviendo en un basurero en Nueva York, entre El Bronx y los Altos de Manhattan, según informó la Comunidad Nicaragüense de Texas (TNC, por sus siglas en inglés).
La persona, originaria de Nueva Segovia, fue ubicada por amigos de la familia en una sección boscosa del vertedero, quienes proporcionaron la información sobre su paradero. La persona lleva tiempo sin haber tenido contacto ninguno con sus seres queridos, pero ninguno de ellos pudo conversar con él puesto que huyó al verlos, pero corroboran que se trata de él, según reportó la TNC.
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Ahora los familiares solicitan a las autoridades estadounidenses que sea deportado por su propia seguridad, puesto que se encuentra visiblemente desnutrido y aquejado por la drogadicción, por lo que temen que pueda morir en las duras condiciones de la calle o por una sobredosis.
“Este país es un reto para los migrantes”
Pablo Cuevas, abogado defensor y director de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos, comentó a República 18 sobre el trabajo que realiza la organización en favor de compatriotas nicaragüenses que enfrentan dificultades. “Muchos de ellos tienen algo que llamamos ‘síndrome del desarraigo'”, detalló.
Cuevas lo compara con la marchitez de las plantas al transportarse inadecuadamente de un suelo a otro. “Mucha gente viene acá sola, deja a sus familias y las condiciones en Estados Unidos son difíciles. Este país es todo un reto. Desde conseguir adónde quedarse supone un serio problema por el alto precio de las rentas y requisitos” que muchos migrantes no tienen manera de llenar, explicó el defensor.
“Conseguir un trabajo o un récord crediticio sin documentos es un desafío en muchos estados, en parte porque hay una sobre-oferta de mano de obra” producto de las oleadas de migración masiva que el gobierno estadounidense ha luchado por regular, acotó Cuevas.
En muchos casos, señaló el abogado, a la presión por sobrevivir se suma la presión de proveer para las familias que dejan atrás en Nicaragua. Cuevas ha trabajado con casos extremos, migrantes que han tenido que vivir literalmente bajo puentes, otros abandonados en aeropuertos por aquellos que supuestamente les iban a brindar una mano al llegar al país.
“Estamos acá porque no tenemos opciones. Hay gente allá que depende de nosotros. Muchas familias comen allá porque sus familiares aquí, en esta dura situación, se sacrifica para que puedan alimentarse“, agregó.
“He visto a personas que acaban en el suicidio. No aguantan, la depresión es demasiado intensa, extrañan a sus familias, extrañan todo de Nicaragua y acá la vida es dura; no siempre se dicen las cosas como son, pero el exilio es algo duro. Mucha gente te lo dice, que desearían volver a Nicaragua” a pesar de las adversidades propias del país, concluyó Cuevas.
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En declaraciones anteriores con República 18, una psicóloga nicaragüense enfatizó la necesidad de mantener el contacto con los familiares, de apoyarse en lo posible y de no obviar potenciales signos de alerta como la tristeza constante, los comentarios auto-denigrantes, la pérdida de interés y del disfrute derivado de actividades o cosas que antes eran importantes para la persona, disminución de la energía, entre otros.
“Hay que considerar muy bien la decisión de migrar y hay que planificar muy bien“, dijo entonces, pero también reconoció que, para muchos en situación crítica, sea por motivos económicos o políticos, esto simplemente no es posible.