Difusión del bautizo del nieto de Ortega, busca aparentar normalidad dice Martha Patricia Molina
El bautizo del nieto de los Ortega Murillo se realizó en la parroquia San Judas Tadeo, del barrio del mismo nombre, y fue oficiado por los sacerdotes Julio Arana y Rafael Ríos, de Jinotega.
El domingo 2 de junio, los medios oficialistas y las redes sociales se llenaron con fotografías del bautizo del nieto menor de Daniel Ortega y Rosario Murillo, siendo estos últimos los grandes ausentes.
Los medios de comunicación oficialistas también difundieron una carta firmada por Ortega y Murillo en la que expresaron “alegría y agradecimiento a Dios” por la celebración del bautizo.
En diversas publicaciones los usuarios criticaban el hecho de que la familia presidencial recurriera a pedir el sacramento, mientras han sido responsables de diferentes acciones de ataque, amenazas y encarcelamiento en contra de la Iglesia Católica.
Para la abogada e investigadora, Martha Patricia Molina, el hecho de que se han hecho públicas las fotos de ese acontecimiento desde los medios oficialistas, es parte de una campaña que busca aparentar normalidad.
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“El objetivo único de la dictadura es aparentar normalidad y que tienen buena relación con la Iglesia Católica lo que es completamente falso porque a diario ellos están atacando a la iglesia y acosando a los sacerdotes y laicos”, expresó Molina.
A su vez señaló que el bautismo es un sacramento que no se le puede negar a nadie. “Todos estamos llamados a ser bautizados. El niño quien por el sacramento del bautismo pasó a ser un nuevo cristiano no tiene la culpa de que su abuelo sea un violador sexual y su abuela una delincuente”, apuntó Molina que a su vez agregó que la iglesia tiene que abrir sus puertas a los fieles que buscan la conversión.
El bautizo del nieto de los Ortega Murillo se realizó en la parroquia San Judas Tadeo, del barrio del mismo nombre, y fue oficiado por los sacerdotes Julio Arana y Rafael Ríos, de Jinotega.
El régimen de Daniel Ortega mantiene una postura de agresión, amenazas y ataque en contra de la Iglesia Católica, ha obligado al exilio a decenas de laicos, sacerdotes y hasta a obispos.