Gioconda Belli al recibir doctorado de la UCR: “en Costa Rica conocí la esperanza”
Gioconda Belli recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Costa Rica (UCR) por su aporte a la literatura hispana.
Gioconda Belli recibe su doctorado honoris causa del Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica.
La reconocida escritora nicaragüense Gioconda Belli recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Costa Rica (UCR) por su aporte a la literatura hispana en sus más de 40 años de carrera. La obra de Belli ha sido celebrada en diferentes instancias internacionales y ha recibido distinciones como el Premio Reina Sofía.
Los doctorados honoris causa (del latín, “a causa de un honor o mérito”) se entregan habitualmente a individuos con amplia influencia como reconocimiento a obras importantes y trascendentales.
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El doctor Jaime Caravaca Morera, director del Consejo Universitario de la UCR, reconoció la labor de Belli en un discurso introductorio. “Belli es la escritora centroamericana más conocida y traducida en la historia de la literatura centroamericana. Culmina y a la vez supera una tradición feminizada de escritoras icónicas que desentrañaron un gran papel en el espacio público y la cultura en general”, dijo el académico.
“Estas escritoras se enfrentaron al sistema literario patriarcal por medio de una escritura consciente de suficiencia estética y también ideológica. La obra de Gioconda Belli ha participado en todas las grandes innovaciones y revoluciones que ha experimentado la literatura latinoamericana“, agregó.
“En Costa Rica conocí la esperanza”
Al recibir el doctorado, Belli expresó agradecimiento con la institución y con el país como tal.
“En Costa Rica conocí la esperanza“, dijo la escritora, recordando su llegada al país en 1976, cuando tenía 27 años y Nicaragua estaba gobernada por la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, a la cual ella se oponía.
La escritora reflexionó sobre el devenir histórico de los movimientos revolucionarios de Hispanoamérica, en particular el de Cuba y su natal Nicaragua. Belli se mostró nostálgica al rememorar la caída del somocismo en Nicaragua. “Pensé que lo más grande que estaba viviendo era que los sueños eran posibles”, expresó.
Gioconda Belli junto al ministro de cultura sandinista, el reconocido poeta Ernesto Cardenal. Belli colaboró con la revolución desde el periodismo y la literatura. Foto: Gioconda Belli / Facebook
Pero reconoció que “la esperanza es una emoción fácilmente manipulable, capaz de crear espejismos equivocados“, refiriéndose al giro autoritario que el movimiento sandinista asumió inmediatamente después de atornillarse en el poder. Belli destacó a su vez el heroísmo del alzamiento en contra del régimen sandinista en 2018 y lo comparó con la revolución.
“La juventud actuó recordando la revolución sandinista. Era impresionante ver las barricadas de adoquines tan iguales a las de la insurrección de 1979“, recordó Belli, denunciando también la respuesta violenta del régimen sandinista, en concreto la Masacre del Día de las Madres, cuyo sexto aniversario se cumple este mismo 30 de mayo.
“Me da enorme tristeza la sensación de encierro que hay en Nicaragua, donde pareciera que no puede moverse ni una hoja sin la venia de Ortega y Murillo“, deploró la escritora. Aún así, Belli expresó, a pesar de todas las tragedias, no abandonar el optimismo.
Belli en su segundo exilio
Belli se apartó del sandinismo en los años noventa y desde entonces ha sido crítica hacia el partido y, en particular, hacia Daniel Ortega y Rosario Murillo, gobernantes de Nicaragua respectivamente, a quienes ha calificado de “personas desquiciadas“. Su oposición al régimen sandinista la ha forzado a vivir fuera del país, a gran costo personal.
En febrero de 2023, el régimen sandinista de Daniel Ortega le revocó la nacionalidad nicaragüense y debió aceptar ofrecimientos de nacionalidad primero de Chile (ofrecida personalmente por el presidente Gabriel Boric) y España para evitar la apatridia. Belli ya había salido del país un año antes, tomando refugio en España.
El régimen sandinista ha privado de su nacionalidad a más de 300 opositores y disidentes, entre ellos un grupo de 222 presos políticos que expulsó del país en febrero de 2023 y otro de 94 opositores de alto nivel. La revocación de la nacionalidad incluyó asimismo la confiscación de todas las propiedades que los afectados tuviesen en Nicaragua.
Asimismo, un decreto de 2021 mantiene que los ciudadanos nicaragüenses no pueden recibir honores en el extranjero sin autorización del régimen, aunque esta ley sólo significa que sus reconocimientos no son reconocidos por el Estado de Nicaragua.
