Trabajo doméstico no remunerado, una responsabilidad constante de las madres de familia en Nicaragua

Para el economista Marco Aurelio Peña,  a las labores domésticas no remuneradas no se les ha dado el reconocimiento debido, sin embargo apuntó que esto no es un caso exclusivo de Nicaragua.

  • 10:16 am
  • May 30, 2024
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Además de las labores domésticas no remuneradas, muchas mujeres nicaragüenses se dedican a labores parciales en el comercio informal.

República 18
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Francisca, tiene casi 60 años y la mayor parte de su vida la ha dedicado a las labores domésticas no remuneradas, al preguntarle cómo ha sido la experiencia  se muestra sin palabras.

Luego de sonreír tímidamente y respirar profundo lamenta que muchas veces, por ejemplo, su esposo que trabaja en actividades relacionadas a la albañilería, regresa solicitando comidas y cuando no están a tiempo hace comentarios como “pero si has pasado todo el día en la casa y ni has cocinado”. 

Comentarios como estos son constantes en Nicaragua, un país en el que la mayoría de las actividades domésticas no remuneradas recaen sobre las mujeres y madres de la familia pero que sus esfuerzos no son reconocidos como aporte significativo al crecimiento de la sociedad y a la economía de la familia. 

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Braudy Sánchez, especialista en Economía Aplicada al Desarrollo, explica  que no hay datos específicos y actualizados sobre el aporte económico del trabajo doméstico no remunerado en Nicaragua. 

“El Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) no está cumpliendo con su labor, y los economistas carecemos de estas herramientas para poder debatir con variables objetivas si ha habido algún avance”, expone. 

Agrega que en términos legales, el país cuenta con la Ley No. 648, Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades, que reconoce formalmente el trabajo doméstico. Sin embargo, este reconocimiento no tiene un efecto práctico, por ejemplo, en términos de seguridad social.

Sánchez, consideró  que el avance se ha focalizado en la creciente visibilidad y discusión del tema en medios de comunicación independientes, organizaciones de la sociedad civil y círculos académicos, aunque estos espacios han sido limitados por la dictadura.

Una realidad más allá de las fronteras 

Por su parte, el economista Marco Aurelio Peña, analizó que a las labores domésticas no remuneradas no se les ha dado el reconocimiento debido, sin embargo apuntó que esto no es un caso exclusivo de Nicaragua.

“Pienso que puede ser un fenómeno muy extendido en muchos países, principalmente países latinoamericanos, donde no se ha reconocido, ni se ha dimensionado la importancia del trabajo, no remunerado”, refirió Peña.

A su vez detalló que la parte doméstica es una función que permite la  estabilidad económica de una familia, porque mientras unos miembros  tienen un trabajo remunerado, otros (típicamente la mujer) se encargan de las faenas domésticas que son muy importantes. 

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El economista refiere que si bien es necesario promover políticas sociales que favorezcan este reconocimiento, estas “requieren mucha madurez y  demandan que pase un poco más de tiempo para que en Nicaragua exista mayor entendimiento sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.

Enfatizó que no es cierto que en toda Nicaragua se comprende el tema de igualdad de la ley, pues existe una apropiación cultural que no necesariamente se traduce en igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres, sin ningún tipo de discriminación.

Problemática debe importar a todos y todas 

Sánchez plantea que esta temática debe considerarse como un estudio de interés social. “Es importante recordar que es una situación que viven en su mayoría las madres de familia, aunque en la actualidad los hombres están aumentado su participación. Esto significa que no es un problema exclusivo de las mujeres, sino de índole familiar que nos debe importar a todos”, apuntó. 

A su vez consideró importante aplicar políticas socioeconómicas como la “Medición y Valoración Económica”, misma que permitirá desarrollar estudios, encuestas y estadísticas oficiales que midan el aporte económico y las variables internas del trabajo doméstico no remunerado al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

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De igual modo “Incentivos Fiscales y Beneficios Sociales” que  ofrezcan acceso a la seguridad social (jubilación, discapacidad, maternidad, acceso a la salud), programas de apoyo para el cuidado infantil y de ancianos, y exenciones fiscales a los trabajadores remunerados del hogar.

Para Sánchez, es importante un marco normativo que permita determinar los mecanismos institucionales específicos para que los derechos laborales del trabajo doméstico no remunerado sean reconocidos.

También el trabajo doméstico remunerado debe ser revisado 

En tanto el defensor de derechos humanos, Pablo Cuevas, que también es especialista en temas laborales planteó que el trabajo doméstico remunerado que se materializa en  las asistentes del hogar,  es uno de los que recibe el salario más bajo en la tabla salarial, lo que va en detrimento de su calidad de vida y la de los suyos.

“Se le vulneran derechos como el de la salud pues en su gran mayoría no son afiliadas al seguro social, jornadas laborales extensas es una característica en el desarrollo de su trabajo, peor aún las que están bajo la modalidad de “dormida adentro”, lamentó Cuevas. 

Destacó que el aporte de estas trabajadoras es vital para la economía, y cuestionó qué sería de las personas de otras profesiones sin las asistentes del hogar.

Cuevas añadió que si bien existen leyes que favorecen a este importante gremio estas se quedan muy cortas.“Desafortunadamente estas leyes muy poco se aplican pues no hay una verdadera voluntad de las autoridades de reivindicar derechos de ese segmento laboral”, finalizó.