Nicaragua registra más de 2500 muertes por cánceres de mama y cérvico-uterino desde 2018

Los tumores malignos en mamas y en el aparato reproductor femenino son en colectivo la principal causa de muerte en mujeres adultas en Nicaragua.

  • San José, Costa Rica
  • 8:49 am
  • May 30, 2024

Los cánceres de mama y cérvico-uterinos son tratables si se detectan a tiempo, pero en Nicaragua el sistema sanitario deja mucho que desear.

Cortesía
Román Sandino

Al menos unas 2646 mujeres cayeron víctima de los cánceres cérvico-uterino (1175) y de mama (1471) entre 2018 y 2023, por mucho las principales causas de muerte entre mujeres adultas en el país, según apuntan datos oficiales del Ministerio de Salud (MINSA). Una serie de situaciones facilitan que así sea el caso.

Para empezar, la infraestructura es limitada. En 2023, el MINSA admitió poseer apenas 43 mamógrafos para cumplir con la demanda de millones de mujeres adultas, los cuales presuntamente aumentó a 66, aún relativamente poco para cubrir la demanda de millones de mujeres adultas.

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Asimismo, “recientemente fue denunciado que en las metas del MINSA se redujo la cantidad de exámenes de papanicolau con relación al año pasado. Se redujo en 118 mil exámenes, lo que significa que habrá 118 mil mujeres que no podrán saber si están en estadíos de algún nivel de cáncer o con problemas pre-cancerosos“, explicó Ana Quirós, experta en salud pública, a República 18.

“Realmente el gobierno, y en particular el Ministerio de Salud, han tenido una actitud y una política deficiente con relación a la atención del cáncer y de las mujeres“, añadió Quirós.

Los datos del Mapa de Salud del MINSA apuntan a un promedio de 250 muertes por cada una de estas afecciones anualmente. En los últimos años, un ligero aumento es apreciable en las muertes por los tumores malignos antes mencionados, a pesar de que la tendencia mundial va en bajada.

“En muchas partes del mundo, donde hay sistemas de salud eficientes, tanto el cáncer de mama como el cérvico-uterino son tratables si son detectados tempranamente. Esto en Nicaragua no sucede. La detección es generalmente en estadíos muy avanzados porque no hay disponibilidad de papanicolau, mamogramas y no hay promoción del auto-examen de mama y de identificación de señales que puedan ser de alerta”, lamentó Quirós.

“Hay otras formas de cáncer que son un poco más complicadas en la detección y el tratamiento, como es el cáncer de ovario. Sin embargo, en Nicaragua prácticamente ni siquiera se detecta y esto tiene que ver con una falta de atención, de disponibilidad y de recursos por parte del MINSA“, explicó la experta.

En Nicaragua, detectarse o encontrarse un cáncer generalmente es una señal para las personas de que van morir muy pronto. Son pocas las mujeres que sobreviven o es poco el tiempo de supervivencia“, pero no tendría que ser así, opinó Quirós.

Esto realmente demuestra la poca valoración que tienen las autoridades nicaragüenses por la vida de las mujeres“, concluyó.

Quirós recomienda, pues, realizar campañas de promoción de la auto-examinación en el caso del cáncer de mama y de exámenes de papanicolau y campañas de prevención y educación en el caso del cáncer cérvico-uterino.

Factores de riesgo y prevención

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos recomienda, para prevenir el cáncer de mama:

  • mantener un peso saludable y hacer ejercicio con regularidad
  • moderar el consumo del alcohol
  • valorar los riesgos de tratamientos anticonceptivos hormonales
  • amamantar a sus hijos, de ser posible

En cuanto al cáncer en el cuello uterino, el Instituto Nacional del Cáncer asegura que “la infección prolongada (persistente) por los tipos de virus del papiloma humano (VPH) de riesgo alto causa casi todos los cánceres de cuello uterino“, por lo que es imperativo la vacunación. En Nicaragua, las autoridades sanitarias han iniciado campañas de vacunación, aunque ello no justifica la reducción de otras medidas preventivas.

Para el desarrollo del cáncer cérvico-uterino también son factores de riesgo la obesidad y el tabaquismo. Por ello el CDC “recomiendan la vacunación de rutina contra el VPH en las niñas y niños de 11 o 12 años; es posible administrar la primera vacuna a los 9 años de edad”, o bien, si no fue posible a esas edad, a los 26 años.

“La vacunación contra el VPH no protege contra todos los tipos de VPH que causan el cáncer de cuello uterino, por eso sigue siendo importante hacer los exámenes de detección con regularidad“, aclara el Instituto.

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