Dos sacerdotes y un obispo nicaragüenses fueron integrados en diócesis españolas
Se trata de Monseñor Isidro Mora, obispo de la diócesis de Siuna; el padre Héctor Treminio, párroco de la diócesis de Managua y el padre Marcos Francisco Díaz Prado, vicario general de la diócesis de León, quienes hacen parte del grupo de 19 religiosos excarcelados y desterrados al Vaticano.
Monseñor Isidro Mora, obispo de la diócesis de Siuna; el padre Héctor Treminio, párroco de la diócesis de Managua y el padre Marcos Francisco Díaz Prado, vicario general de la diócesis de León, han sido integrados en las diócesis de Santiago de Compostela (Galicia) y de Granada (Andalucía) en España, respectivamente, tras haber sido encarcelados y desterrados de su país por orden del régimen sandinista de Daniel Ortega.
Así lo reportó el medio Religión Digital, cuando fueron recibidos en Pascua, a finales de esta Semana Santa. El obispo Mora fue recibido por el arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto, durante la misa crismal de Pascua, en la que expresó su deseo de que su inclusión “sea para él un oasis de celebración y fraternidad”.
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Los dos sacerdotes ubicados en Granada Cedida fueron recibidos por el arzobispo José María Gil Tamayo. “Realmente han sufrido y sufren el destierro. Ayudaremos en lo que esté en nuestras manos. Ahora somos su presbiterio“, señaló el arzobispo a Religión Digital.
Según ese medio, los sacerdotes, que suman más de dos décadas de experiencia parroquial tuvieron que viajar a Roma para regularizar esta reubicación y poder integrarse en sus nuevas labores en las diócesis españolas.
El obispo Isidoro Mora (a la izquierda) con Julián Barrio y el arzobispo Prieto en la catedral de Compostela. Foto: Redes Sociales
Mora fue detenido el 20 de diciembre de 2023 junto a dos seminaristas por haber rezado en una misa por el bienestar de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa entonces apresado. Los sacerdotes fueron desterrados en enero de este año por orden del régimen sandinista, la segunda ocasión que religiosos detenidos en Nicaragua recibían ese trato.
Los sacerdotes fueron forzados a dejar atrás a una Iglesia asediada por el régimen sandinista en todos los frentes, seis años después de que el liderazgo de la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN) se pronunciase a favor del diálogo y la no violencia durante la crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018.
Muchos obispos, como el antes mencionado Álvarez, abiertamente expresaron su simpatía por los manifestantes antigubernamentales, denunciando los abusos del régimen sandinista. La consecuencia más visible es que, desde hace un año, las actividades religiosas públicas están fuertemente penalizadas en el país, a tal punto que la propia Semana Santa tuvo que celebrarse bajo asedio y a lo interno de la mayoría de templos católicos.