Nicaragua perdió 320 docentes en 2023 y para 2024, el sistema de educación pública contará con 549 menos, según las cifras del Banco Central de Nicaragua y del Presupuesto General de la República de este año.

Según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN) correspondientes a la distribución del empleo por categoría ocupacional en el gobierno central, el país centroamericano llegó a diciembre de 2023 con 50,421 docentes y en ese año alcanzó un promedio anual de 50,461 maestros.

Según los promedios anuales del BCN, Nicaragua perdió unos 2,331 docentes entre 2018 y 2023, pasando de 52,792 a 50,461 respectivamente. Aunque las cifras del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, que refieren a las plazas disponibles con las que contará el país para cada año, señalan que en ese mismo período se redujeron 479 plazas para docentes.

Es decir que, aunque el gobierno central ha reducido gradualmente el número de docentes presupuestado para cada año, la cantidad de profesionales de la educación que desertan es mayor.

“La reducción de personal docente en Nicaragua durante el 2023 se relaciona con dos situaciones. La primera, y tal vez más importante, es la deserción de empleados públicos a causa de la vigilancia, las amenazas, el temor y el agotamiento que prevalece entre ellos por la extensión de la represión de parte del régimen de los Ortega-Murillo”, dijo a República 18 la socióloga Elvira Cuadra.

Según las cifras del BCN, en abril de 2021 se registró la mayor cantidad de docentes en el gobierno central, con 53,199. Pero este indicador solo ha venido en caída mes a mes en los últimos tres años.

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Para 2024, el gobierno nicaragüense cuenta con 49,133 docentes en educación pública, sin incluir universidades, una cifra que representa un retroceso de casi ocho años en cuanto a la cantidad, puesto que en 2017 contaba con 49,748, según cifras del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

Migración y directores ineficientes entre los primeros factores renuncias de maestros

“Ramón” un docente de educación básica en Nicaragua, a quien llamaremos así para evitar represalias en su contra, aseguró que la migración nicaragüense es uno de los principales factores que inciden en la renuncia de docentes.

“Hay una inmensa cantidad. En los colegios del Distrito I y IV de Managua es donde he conocido que más maestros han renunciado”, señaló.

Aseguró que los docentes tienen la instrucción de aprobar a todos los estudiantes, independientemente de los conocimientos adquiridos y promover la ideología del partido de gobierno.

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“Los profesores se están yendo porque saben que somos payasos de los alumnos. Ahora hay profesores que no saben ni leer”, añadió.

Otro de los factores que, según Ramón, inciden en las renuncias de docentes está que el sistema de educación pública coloca a personas con poca experiencia y conocimientos en docencia en cargos de dirección y “servicios generales”.

Según el Presupuesto General de la República 2024, para este año el gobierno cuenta con cinco directores de escuela y 524 plazas más para “servicios generales”

¿Problemas financieros del régimen?

A criterio de Cuadra, la reducción de personal docente de educación preescolar, primaria y secundaria puede deberse también a una disminución, desde el estado, de las plazas de docentes por factores económicos.

“La segunda tiene que ver con las dificultades económicas que ya está experimentando el régimen por el recorte de los fondos externos y por el declive económico del país. Eso queda claro a partir de la decisión de reducir personal en diferentes áreas como el poder judicial, el servicio exterior y otras instituciones públicas”, señala.

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En ese sentido, las cifras oficiales registran que, a diciembre de 2023, el gobierno central cerró con 112,522 empleados, es decir 582 empleados menos que los 113,104 que registró a diciembre de 2022. Es decir, las cifras del BCN registran 729 empleados públicos menos (en promedio) entre 2021 y 2023.

Sin embargo, la partida presupuestaria destinada a educación ha venido en ascenso en los últimos cinco años. En 2024, se destinaron 17 mil millones de córdobas, superior a los casi 16 mil millones que se presupuestaron para 2023.

No obstante, para 2024 existe una reducción de 42 millones de córdobas para educación preescolar, 16 millones en educación especial, 38 millones para alfabetización de adultos y siete millones menos para formación docente.

“Como en la mayoría de los casos, cuando hay recortes en las áreas sociales, el impacto más importante lo recibe la población porque hay menos personal dedicado a la enseñanza y la atención en salud, especialmente en las zonas más alejadas de los centros urbanos”, destacó Cuadra