Comité Internacional de la Cruz Roja cierra oficinas en Nicaragua
El CICR realizaba trabajo enfocado en presos políticos y en asistencia a la ahora desaparecida Cruz Roja nicaragüense.

El Comité no brindó mayores detalles sobre el cese de sus operaciones en el país.
Ante presiones del régimen sandinista de Daniel Ortega, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) cerró sus oficinas en Managua este lunes, 18 de diciembre, concluyendo así la misión humanitaria de la institución en el país, según dio a conocer la delegación regional del CICR para México y América Central por medio de un comunicado.
El CICR enfocaba su labor en “prevenir y atender consecuencias humanitarias de la privación de la libertad”, enfocándose en presos políticos, así como apoyaba a la Cruz Roja nicaragüense en sus servicios, entre otras actividades.
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Hubo señales que auguraban este desarrollo. En marzo de 2022, Thomas Ess, el delegado del CICR fue expulsado del país por el régimen sandinista. Entonces se desconocían las razones y el CICR sostiene que su labor no tiene ninguna dimensión política.
“Como hace en más de 80 países, la labor que realiza el CICR tiene una finalidad exclusivamente humanitaria, y se apega estrictamente a los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”, reza el comunicado.
En mayo de 2023, el régimen sandinista había despojado a la Cruz Roja nicaragüense de su personería jurídica, transfiriendo sus bienes al Ministerio de Salud y creando en su lugar la “Cruz Blanca”, un apéndice estatal que asumiría las labores humanitarias del organismo.
“A través de la acción directa y de un diálogo bilateral y confidencial con autoridades, personas afectadas por consecuencias humanitarias, y otros interlocutores clave, el CICR trabaja en la promoción de entornos respetuosos de la vida y dignidad humana”, añade el CICR.
Trabajo con presos políticos
En 2018, el CICR había recibido “la autorización de las autoridades de Nicaragua para abrir una misión en el país, enfocada en objetivos exclusivamente humanitarios”. En 2019, el ente “estableció una Misión permanente en Managua, y en marzo de ese mismo año el CICR y el gobierno de Nicaragua formalizaron un acuerdo para visitar a personas detenidas”.
Estas personas detenidas fueron los primeros presos políticos del régimen sandinista en el contexto de la crisis sociopolítica iniciada en 2018. El CICR trabajó de cerca con los detenidos y vio la aplicación de una ley de amnistía que los dejó libres (aunque algunos volverían a ser apresados).
Con la salida del CICR de Nicaragua, casi un centenar de presos políticos todavía bajo custodia del régimen quedan con un defensor menos ante su situación de cárcel injusta.
En 2021, el CICR trató de comprobar el estado de más de 200 presos políticos, luego desterrados hacia Estados Unidos, pero el régimen sandinista les impidió hacer su trabajo.
“La delegación regional del CICR para México y América Central reitera su disponibilidad para reanudar su diálogo y acción humanitaria en Nicaragua“, expresa el CICR, aunque no detalla si fue una exigencia directa del régimen o una cesión ante las presiones de la represión en Nicaragua.