El síndrome de Burnout: un padecimiento silencioso en Nicaragua
El primer síntoma que se presenta es el desánimo y que la persona suele tener aversión al lugar de trabajo.

Nicaragua es el segundo país de Latinoamérica y el primero de Centroamérica que experimenta estrés, según los resultados de una encuesta de opinión pública aplicada por CID Gallup en septiembre.
El 36% de los al menos 1,200 encuestados respondió afirmativamente a la pregunta: “pensando en el día de ayer, ¿se sintió estresado?”
A nivel de Centroamérica, el segundo país con mayor estrés es Honduras, con el 26% seguido de Costa Rica (25%), Guatemala (24%) y El Salvador (21%)
En Nicaragua pocas veces se habla de este padecimiento, e incluso, se suele soslayar intencionalmente “para no bajar el rendimiento laboral”
¿Cómo identificarlo?
Imelda Torres Chamorro, psicóloga clínica con especialidad en psicología forense y violencia intrafamiliar, asegura que el primer síntoma que se presenta es el desánimo y que la persona suele tener aversión al lugar de trabajo y la interacción con sus compañeros.
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“Se presentan cuadros de ansiedad anticipada. Dos de los síntomas más comunes son depresión y ansiedad”, afirmó.
Torres añadió que el síndrome de Burnout suele aparecer, en la mayoría de los casos, en las personas que han elegido su oficio de manera vocacional, por lo que es muy frecuente entre profesionales sanitarios, profesores y trabajadores sociales.
“Aunque al principio las manifestaciones y el malestar sólo se extienden a la vida laboral, finalmente también llegan a alcanzar, en casi todas las situaciones, la vida social y familiar del trabajador afectado”, destacó.
Más común entre los jóvenes
Un informe realizado por la empresa chilena “Buk”, señala que el 12% de las personas en Latinoamérica presenta síntomas de burnout. En contraparte, el 31% dice estar totalmente comprometido con su trabajo, mientras que 57% asegura tener una relación neutral con el ámbito laboral.
Asimismo, son los jóvenes quienes afirman tener más síntomas de burnout y el 42% de los menores de 30 años muestran un bajo entusiasmo en el trabajo, lo que los hace el grupo etario que menor entusiasmo laboral posee.
“Los jóvenes no están exentos de este padecimiento pues una carga laboral excesiva sumada a un ambiente laboral negativo y el hecho de trabajar en empleos transitorios que no van acorde a sus intereses y habilidades, predisponen a los jóvenes a presentar estados de apatía, mal humor, somatizaciones (padecimiento físico causado por la mente)”, afirmó Torres Chamorro.
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El auto cuido y señales de alarma
Al respecto, Torres recomendó analizar los factores de riesgo que podrían desencadenar el síndrome: si se está experimentado carga laboral excesiva o si tiene un jefe demandante. Es decir, se deben unir los factores de riesgo (causas) con los síntomas que se están experimentado
“El auto cuido es fundamental. Si es posible acudir a un especialista de salud mental que ayudara a orientar las alternativas distintas para mejorar la salud. Hacer ejercicio, socializar, descansar, exteriorizar emociones y si es posible bajar la carga laboral”, afirmó.
La especialista advirtió que se debe tomar como “señales de alerta” el deterioro progresivo del rendimiento laborales, desmotivación, sentimientos de vacío, cefaleas recurrentes, dolores musculares y articulares, cansado, aumento o perdida del apetito , insomnio, mal humor
Según cifras de una encuesta elaborada recientemente por la aplicación de meditación y mindfulness Pura Mente, casi ocho de cada 10 usuarios en América Latina acusa padecer el síndrome de burnout laboral o “síndrome de trabajador quemado”.
En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció como enfermedad pero recién este año entró en vigor la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades, donde se describe como un síndrome “resultante del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”