Denuncian espionaje, acoso policial y detenciones ilegales en contra de feligreses y templos católicos
Ya suman 13 los sacerdotes detenidos por las fuerzas policiales del régimen sandinista, en su mayoría en el norte de Nicaragua
Al menos 9 individuos ligados a la Iglesia católica en el norte de Nicaragua están bajo vigilancia policial, en modalidad de “ciudad por cárcel”, tras ser citados por la Policía Nacional bajo control del régimen de Daniel Ortega, informó el medio Confidencial este miércoles.
Según ese medio, “diversas fuentes” apuntan a que estos individuos, recluidos a los municipios de Jinotega y Jalapa, Nueva Segovia desde mediados de septiembre y a principios de octubre respectivamente, están bajo investigación y no pueden dejar sus municipios sin informar a las autoridades sandinistas.
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Ahora los retenidos deben presentarse una vez por semana ante la Policía Nacional y, en el caso de los afectados desde septiembre, su plazo es de entre 15 y 20 días
Las diócesis del norte de Nicaragua fueron golpeadas a principios de este mes con las detenciones de unos 6 sacerdotes desde el primero de octubre, principalmente en la diócesis de Estelí (los sacerdotes Julio Norori, Iván Centeno, Álvaro Toledo, Yesner Pineda).
También los sacerdotes Cristóbal Gadea, de la diócesis de Jinotega, y el más reciente, el padre Ramón Angulo, de la diócesis de Bluefields, con quien ya suman 13 los sacerdotes detenidos por las fuerzas policiales del régimen. Las autoridades no se han referido a sus casos ni han elevado acusación formal alguna, como tampoco han brindado actualizaciones sobre su estado.
Las detenciones de los sacerdotes implicaron también una mayor vigilancia policial en los templos que presidían. Algunas parroquias de la diócesis de Estelí permanecen bajo asedio policial. Según las denuncias de Confidencial, el régimen habría hecho uso de espías en las misas para juzgar el contenido de las homilías.
Por ejemplo, el padre Toledo fue detenido el 5 de octubre horas después de haberse pronunciado en su homilía sobre las detenciones de sacerdotes y la persecución que existe desde el gobierno en contra de la Iglesia católica.
“Nos estamos quedando sin sacerdotes. Sabemos que en cualquier momento nos puede tocar ser detenidos”, dijo el entonces sacerdote, cuyo paradero, junto con el de sus colegas, hasta ahora se desconoce.
Las diócesis de Matagalpa, cuyo obispo permanece en prisión desde hace más de un año, y la de Estelí, han sido las más perseguidas y amenazadas en toda Nicaragua, acaparando 144 y 42 de los 665 ataques registrados respectivamente por el informe “Nicaragua: una Iglesia perseguida“, elaborado por la investigadora Martha Patricia Molina.