Lo que pierde la sociedad nicaragüense con la confiscación de la UCA
La UCA ejecutaba proyectos sociales a la vez que promovía el pensamiento crítico. Su desaparición refleja el cierre de todos los espacios sociales en Nicaragua.
La confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), institución de educación superior jesuita, es una acción que “debe preocupar a todos los sectores sociales”, debido al impacto de los proyectos sociales que manejaba el centro de estudios.
Para Alexander Reyes, dirigente del Observatorio de agresiones a la Libertad Académica, la pérdida fundamental para Nicaragua es la eliminación de los espacios con pensamiento crítico y la misma libertad académica.
“La libertad académica siempre ha sido instrumentalizada por el partido del Frente Sandinista a su conveniencia. Al perder la UCA se pierde la historia, sobre todo por los institutos de investigación que tiene la universidad”, dijo Reyes a República 18.
Otro de los valores que pierde el país con el cierre de universidades son los talentos jóvenes con lo que se suele denominar como “Fuga de talentos”, ya que, a consideración de Reyes, los estudiantes de las universidades confiscadas por la dictadura, que ya suman alrededor de 27, optan por abandonar el país por temor a represalias y en busca de nuevas oportunidades.
“Esto representa una fuga de cerebros y una pérdida económica y social para Nicaragua, sumado a la migración de 2018 y esto va a traer consecuencias negativas para el país”, dijo Reyes.
Cierre de espacios científicos que el régimen no puede asumir
Para Adrián Meza, rector de la Universidad Paulo Freire, confiscada por la dictadura en 2022, la sociedad nicaraguense se pierde el avance en investigaciones que realizaba la UCA.
“La UCA estaba haciendo ciencia para la ciudadanía nicaragüense. A pesar de ser un país pobre, contaba con los recursos para ponerlos al servicio de la sociedad nicaragüense”, dijo Meza.
En el año 2010, el “Ranking Mundial de Universidades”, que anualmente publica el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, asignó a la Universidad Centroamericana de Nicaragua (UCA) el primer lugar entre las 52 instituciones y centros de educación superior que entonces funcionaban en Nicaragua. Además, la incluyó entre las diez mejores de la larga lista de universidades que existen en Centroamérica.
Además, en 2012, la UCA también recibió otro reconocimiento: ser incluida por el Ranking Quacquarelli Symonds (QS), en la lista de las 250 instituciones calificadas como los centros de educación superior de mayor prestigio a nivel de la región latinoamericana.
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“Por donde le busqués, los aportes de la UCA eran sustantivos y eso es lo que estamos perdiendo”, refirió Meza al respecto.
Añadió que la dictadura ha demostrado incapacidad para asumir universidades confiscadas y da por sentado que el régimen no podrá gozar de la credibilidad de la UCA.
“Solo en el 2020 al 2021 la UCA realizó 19 publicaciones científicas de clase mundial. Si lo comparás con el sitio web con el departamento de Filosofía de la UNAN Managua y vas a encontrar ahí propaganda barata”, dijo Meza.
Pérdida de proyectos valiosos de la UCA
La UCA contemplaba un tejido social con proyectos, uno de estos es el Instituto de Historia (INHCA), una instancia que nació en 1997 y que estaba dedicada a la investigación, la difusión de la historia y la gestión del patrimonio documental en Nicaragua.
Resguarda un archivo de más de 50,000 libros, muchos artículos científicos, registros de audio, películas, vídeos, mapas y colecciones de pinturas, máscaras y otros artefactos. Hasta el momento, se desconoce que hará la dictadura con los archivos.
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Por otro lado, la UCA también contaba con el Centro de Biología Molecular que aportaba al mejoramiento de la investigación y el entrenamiento científico en Nicaragua.
También, el Despacho jurídico de la UCA, que fue el primer centro de capacitación y entrenamiento de estudiantes de derecho que operaba de forma gratuita para asesorar a personas de escasos recursos en sus litigios legales.
Otra de las pérdidas es el cierre del Instituto de Investigación y Desarrollo Nitlapan, que promovía investigación y desarrollo, a través de enfoques nativos centrados en las personas para la reducción de la pobreza, brechas de género y generacional, con arraigo local.
“Es importante que se entienda que es un problema de toda la sociedad. Es un problema del padre de familia que se ha roto el lomo para que su hijo estudie en una universidad y para que ahora le digan que estudia en una universidad nueva”, puntualizó Meza al respecto.