Desde Bukele, hasta Ortega: el desolador panorama de la prensa en Centroamérica
Las elecciones en Guatemala y los Juegos Centroamericanos en El Salvador marcaron pauta para el análisis de este trimestre

“Asedio” y “condiciones adversas” contra periodistas plagan la región, según reveló el Análisis trimestral sobre el estado de la libertad de expresión en Centroamérica y el Caribe elaborado por Artículo 19, organización que defiende la libertad de expresión y el derecho a la información.
El informe destaca dos eventos en concreto que marcaron la agenda en este trimestre: los XXIV Juegos Centroamericanos celebrados en El Salvador, clausurados el pasado 9 de julio, y las elecciones en Guatemala, celebradas el pasado 25 de junio con resultados que apuntaban a una segunda vuelta, pero que pronto devinieron en un conflicto institucional.
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En el análisis equipararon la celebración de los juegos en El Salvador del presidente Nayib Bukele con otras instancias históricas en las que los deportes han servido como parte de “estrategias mediáticas y de marketing para lavar la cara de regímenes cuestionados por sus derivas autoritarias y por las violaciones a los derechos humanos”.
Por otro lado, sobre la primera vuelta de las elecciones en Guatemala, que derivaron en una crisis institucional, el informe refiere que “aún en estructuras controladas por los esquemas de alianzas de élites, y siempre y cuando se cumplan mínimos de competencia, la ciudadanía puede expresarse y romper las tendencias o los pronósticos previamente establecidos”.
El el análisis hubo un énfasis en la desinformación como acción deliberada de actores políticos para limitar la libertad de expresión, que ha calificado, citando un reporte de Reporteros Sin Fronteras, como una “industria del engaño” en el ecosistema digital.
Situación en Nicaragua
Nicaragua sigue estando entre los países peligrosos para los periodistas en toda Latinoamérica. El informa cita diversos abusos gubernamentales de parte del régimen de Daniel Ortega en este último trimestre, como las redadas del 3 de mayo, en las que unas 57 personas, incluidos periodistas, fueron retenidos.
También destacaron la detención de Víctor Ticay, periodista que informó sobre una procesión religiosa el miércoles de la Semana Santa cuando el régimen había prohibido todas las manifestaciones religiosas. Ticay fue condenado a 14 años de prisión por hacer su trabajo como periodista y desde su detención a principios de abril ha recibido trato inhumano en prisión.
“Incluso dentro del movimiento sandinista se han reprimido a críticos” señala el informe. Citando a Wendy Quintero, periodista del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, el texto explica que “hay gente que empieza a atreverse a decir que ‘así no podemos seguir’ y ya comienzan a ser investigados y hostigados”.
“Buscan silenciarnos”
Claudia Ordóñez, oficial de Centroamérica y el Caribe de Artículo 19, dijo a República 18 que “se trata de un conjunto de prácticas de las instituciones desde distintos niveles en el Estado, así como un conjunto de leyes castigo para quienes ejercen el periodismo”, aplicadas por una coalición dentro del poder.
“Contrasta la realidad con el que las redes sociales, a la vez que son un medio importante de expresión, protege a las personas a través del anonimato, lo que contrasta con un uso de las redes para intimidar, amedrentar, amenazar, hostigar, etc.” agregó Ordóñez
Ordóñez asegura que existe una tolerancia hacia las expresiones de odio contra activistas, periodistas y defensores de derechos humanos. “En algunos países hemos visto cómo hay un mayor arraigo a prácticas autoritarias que se fortalecen implementando nuevos marcos legislativos” explicó.
“Lo que se busca es silenciar las voces críticas, las voces incómodas al poder” destacó, apuntando además hacia una tendencia de “ir cercando y limitando el servicio de derechos. Cuba y Nicaragua son casos extremos, Estados totalitarios, y los que buscan ejercer sus derechos terminan sometidos a procesos judiciales, castigos corporales, prisión y exilio“.
Y el exilio, según Ordóñez, es propio de “dictaduras muy violentas de nuestra historia”, comparando la situación a las dictaduras militares que en el siglo pasado asolaron a Sudamérica.