Asamblea Nacional sin jóvenes. Parlamentarios superan incluso los 76 años
El parlamento nicaragüense tiene diputados de la tercera edad como Iris Montenegro (72), Wilfredo Navarro (72), María Jilma Rosales (71) y Enrique Aldana Burgos (71).

Los diputados de la Asamblea Nacional nicaragüense son, en su gran mayoría, personas de la tercera edad, un hecho que refleja la realidad gerontocrática de la cultura política nicaragüense. “Gerontocracia” significa “gobierno de ancianos” y es una descripción bastante apropiada considerando la composición de los representantes en el Legislativo nicaragüense.
De los 92 diputados en la Asamblea Nacional, sólo es pública la edad de 36 ellos puesto que la Asamblea no incluye esa información en los perfiles de la última legislatura (2021). Entre ellos, los más jóvenes son Jenny Azucena Martínez (38) y Shaira Natasha Downs Morgan (39), ambas miembros de la Alianza FSLN; y los más longevos son Gladis de los Ángeles Báez (78) y Amada Pineda Montenegro (76), también del Frente Sandinista.
Lea además: Jóvenes emplazan a Monteverde a aclarar el veto a líderes juveniles y activistas
De hecho, la mayoría de los 33 diputados del FSLN cuya edad se conoce supera los 60 años e incluso varios cuyas fechas de nacimiento se desconocen, son evidentemente de avanzada edad, como los diputados y propagandistas sandinistas Anselmo Adolfo Pastrán y Moisés Absalón Pastora.
Anteriormente hubo una diputada incluso más longeva, la sandinista María Manuela Sacasa Selva de Prego, sobrina del afamado poeta Salomón de la Selva (1893-1959), nacida en la ciudad de León en 1939. Ella falleció en 2020, a la edad de 80 años, aún siendo diputada propietaria.

Otros diputados de la tercera edad son Iris Montenegro (72), Wilfredo Navarro (72), María Jilma Rosales (71) y Enrique Aldana Burgos (71), todos propietarios por el Frente Sandinista.
Jóvenes relegados por partidos
Alfredo Gutiérrez, exconcejal liberal de Managua, dijo a República 18 que en la política nicaragüense, según su experiencia, la participación de la juventud se ve relegada a “un proceso que se concentra en las juventudes de los partidos políticos”, donde los jóvenes son preparados para adquirir experiencia y continuar su ascenso dentro del ‘curso de honores‘.
“No existen, y no me refiero sólo a ahorita, sino que a los últimos cincuenta o setenta años, cargos públicos sin una dimensión partidaria en Nicaragua. Cuando se selecciona a las listas de diputados o de candidatos a alcalde o concejal, se toma en cuenta a los jóvenes cuando rondan los 28 ó 32 años de edad” según el criterio de las directivas de cada partido, explica Gutiérrez.
Antes de eso, cuando están en sus veintes, “es muy difícil que se les incorpore en papeles de candidato” explica Gutiérrez, señalando que puede haber excepciones, pero que es una norma general en la mayoría de instituciones partidarias. “Es como ha venido funcionando (desde siempre) y tiene que ver el asunto de la experiencia, que es importante” añade.
Según Gutiérrez, en la política nicaragüense los jóvenes son más prominentes en la listas de concejales. “En Managua, cuando yo estuve (2013-2017, 2018), llevamos a varios de alrededor de 23 y 24 años. No eran mayoría, pero había representatividad” de la juventud, destacó.
“Necesitamos un cambio”
Pero en otros países han aparecido figuras que imprimen juventud en la política. En Hispanoamérica, Nayib Bukele y Gabriel Boric, lograron llegar a la presidencia de El Salvador y Chile a la edad 38 y 36 años respectivamente. Mientras, en Estados Unidos, una nueva generación de políticos jóvenes se ha hecho paso en el Congreso.
Se trata de personajes como Alexandria Ocasio-Cortez, quien fue electa representante del XIV Distrito de Nueva York a los 29 años en 2019; Ilhan Omar, representante del V Distrito de Minnesota, electa a los 37 años en 2019; y más recientemente, en 2021, Madison Cawthorn fue electo representante del XI Distrito de Carolina del Norte a los 25 años.
“Los políticos gustan de hablar de la experiencia, pero a veces eso es una excusa para defender sus intereses y hacer los de la juventud a un lado” dijo a República 18 un joven estudiante que prefirió hablar bajo el pseudónimo “Ángel”, pues aún está en Nicaragua.
“Entonces necesitamos un cambio. ¿Cómo vamos a obtener experiencia si no nos dejan participar en el proceso?” cuestionó, confesando que no siente que nunca en Nicaragua haya habido consideración por los jóvenes en círculos políticos, pero que tampoco se siente identificado con las propuestas que surgen desde la oposición.
“Ellos están bloqueando el camino y yo creo que hasta los mismos jóvenes sandinistas lo han de sentir, pero aquí no se puede decir nada porque existe una cultura de reverencia no siempre merecida hacia la gente mayor” concluyó Ángel.