Ortega y Murillo logran posicionar a Nicaragua como el país menos democrático de Latinoamérica
Este año Nicaragua calificó 0.3 en el índice de democracia liberal del Instituto V-Dem.

Nicaragua es uno de los países más antidemocráticos del mundo y el que peor califica en Latinoamérica, según el Informe de democracia 2023 del instituto de investigación V-Dem, que calculó su índice de democracia liberal en 0.3, dejando así al país en el puesto 174 a nivel mundial. Sólo otros cinco países se encuentran en peor posición, entre ellos Siria, Afganistán y Corea del Norte.
El índice de democracia liberal de V-Dem mide el nivel de acceso igualitario a recursos, poder y libertades de varios grupos dentro de la sociedad, así como las libertades electorales, áreas en las que el régimen de Nicaragua ha fallado seriamente y es ahora el país con menor puntuación democrática en toda Latinoamérica, incluso por debajo de Cuba (164) y Venezuela (161).
En Centroamérica, el segundo país con un menor índice es El Salvador, que este año alcanzó el puesto 135 en medio del prolongado Estado de excepción del presidente Nayib Bukele. Por otro lado, Costa Rica es el noveno país con mejor puntuación en el mundo. Este año calificó 0.82 y se codea con países europeos como Finlandia y Bélgica.
El sociólogo y economista Douglas Castro explica a República 18 que esta clase de índices se mide, primero, “con un panel de expertos internacionales, gente que estudia la democratización”, así como también “mediciones más objetivas: examinan la ley, hechos concretos de la realidad y el sinnúmero de índices se desagrega de los números más grandes”.
Autocratización en todo el mundo
“Cuando una mira Nicaragua y lo analiza con el resto de Latinoamérica, lo primero que va a notar es que, en los últimos años, Nicaragua ha superado a Cuba y a Venezuela” en cuanto a pérdida de estándares democráticos, según explicó Castro.
“Cuando vemos que Nicaragua cae en el índice de democracia liberal, lo que estamos diciendo es que el sistema electoral se está cerrando, las elecciones no son libres ni justas, el Poder Judicial está siendo más constreñido o controlado por el Ejecutivo; y en Nicaragua sabemos que no es control, sino que está totalmente ocupado, es una rama del partido gobernante” detalló Castro.
Además, Castro habló de una “gran ola de autocratización” cuando antes se pensaba en términos de democratización constante. “Es mundial, pero yéndonos a la región latinoamericana, los países se están autocratizando. Aunque el 83% de la población en Latinoamérica sigue viviendo bajo democracia, podemos ver algunas alertas en otros países” advirtió.
“Y es algo transversal al espectro político. No sólo la izquierda está mostrando rastros autocráticos, aunque hay que ser bastante claros: las autocracias cerradas son hoy en Latinoamérica todas de izquierda” apuntó el sociólogo.
El gobierno de Nicaragua progresivamente ha ido aumentando su control sobre la población desde que volvió al poder el Frente Sandinista en 2007, reformando la constitución para mantener a su jefe, Daniel Ortega, por más tiempo en el poder a través de la reelección y, desde iniciada la crisis de 2018, recrudeció su autoritarismo encarcelando a opositores, desmantelando organizaciones de la sociedad civil y limitando otras libertades fundamentales.