Régimen sandinista arranca 2023 “agresivo” contra la Iglesia Católica
De continuar las hostilidades contra la iglesia católica, religiosos y fieles, podría ser este año peor o igual que 2022 donde se registraron más de 140 agresiones, advierte la analista Martha Patricia Molina.
Durante los primeros 16 días del 2023, en Nicaragua se han prohibido unas seis procesiones u actividades de la Iglesia Católica. Además de someter a juicio al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, detenido violentamente y sin orden judicial la madrugada del pasado 19 de agosto de 2022, luego de pasar varias semanas retenido dentro de la Curia Episcopal de esa Diócesis.
La investigadora y abogada Martha Patricia Molina señaló que “la dictadura sandinista inició agresiva el año 2023 en contra de la Iglesia Católica”, acciones que desde el 2022 se han intensificado con 15 procesos penales en contra de seminaristas y religiosos. “Esto significa un grave deterioro y una involución en materia de derechos humanos”.
“Si continúa las hostilidades con la misma intensidad podría ser este año peor o igual que 2022 donde se registraron más de 140 agresiones en contra de los prelados y la institución que representa” afirmó la experta, dejando entrever que; “existen sacerdotes que están siendo asediados por la policía y paramilitares 24 horas”.
Autoridades prefieren camuflar prohibiciones
Procesión de Jesús Sacramentado, procesión de San Silvestre en Catarina, la del Cristo Negro de Esquipulas en el municipio de Villanueva, Chinandega, procesión de San Sebastián en la iglesia Santa María Magdalena, en Masaya, la procesión de Nuestro Señor de Esquipulas o del Cristo Negro en el municipio El Viejo, Chinandega y La procesión de Nuestra Señora de Candelaria, patrona de Diriomo, municipio del departamento de Granada, son algunas de las festividades católicas canceladas por el régimen.
“Las autoridades eclesiásticas han decidido camuflar las prohibiciones y han preferido decir que estas procesiones y actividades se realizarán a lo interno o en los atrios de sus templos”, agregó Molina.
Según el informe, “Una Iglesia Perseguida” realizado por Molina, devela que en 2020 se registraron 98 hostilidades y ataques, contra la institución eclesiástica, 91 en 2021 y en el transcurso del año 2022, la cifra incrementó a 127.
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Silencio del cardenal responde a una iglesia amenazada
Por su parte, Yader Valdivia, abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Mas (CDHNN+), dijo a República 18; que la perspectiva para este 2023, es la criminalización total para cualquier miembro de la Iglesia sin importar su jerarquía.
“Estamos hablando desde diáconos, laicos, hasta un obispo, entonces, ahí te lleva toda la jerarquía, porque todos los que tienen que ver con la iglesia en Nicaragua, han sufrido algún tipo de agresión. Ahí tenés al nuncio apostólico que es la representación del Papa en Nicaragua, que también sufrió un desplazamiento en el país” argumentó Valdivia.
La actuación tímida del cardenal Leopoldo Brenes frente al enjuiciamiento de sacerdotes, el cierre de medios de comunicación católicos y procesos en contra de periodistas como Manuel Obando Cortedano y Wilberto Artola, excolaboradores de los medios de la Diócesis de Matagalpa, evidencian para el defensor de derechos humanos, la expresión de una iglesia amenazada.
“El silencio del cardenal, parte de un momento de amenaza de que el sabe que no cuenta con ninguna inmunidad y en el momento en que el hable en contra del régimen el puede ser procesado como han sido otras personalidades de la iglesia, como el caso de Monseñor Rolando, o el caso de ser enviado al exilio”.
“Lo que sí te puedo decir, es que es impresionante que no se tengan cifras todavía por parte de la iglesia católica y no por el hecho de manejar números, sino que estamos hablando que la iglesia tiene obispos desplazados, exiliados y esto la iglesia lo conoce y es algo que tiene que denunciarse” reclamó Valdivia.
La constitución política de Nicaragua en su artículo 29 reconoce el derecho de todos ser humano a profesar o no una religión, sin embargo, en Nicaragua, otra historia se cuenta, ya que el gobierno “cristiano, socialista y solidario”, de un Daniel Ortega que pidió perdón en 2004 por los atropellos cometidos contra la iglesia católica: encarcela, persigue y destierra a sus miembros.
Varias conferencias episcopales en distintos países se han solidarizado con los obispos y la Iglesia en Nicaragua, ante la persecución religiosa que se vive y que se ha intensificado.
