Migrantes venezolanos continuarán su travesía hacia Estados Unidos, pese a que ya les están deportando a México

Estados Unidos ya está deportando a los venezolanos hacia México. La noticia les tomó por sorpresa a quienes iban en camino por Centroamérica. Dicen seguir con su plan inicial.

  • 6:01 pm
  • Oct 15, 2022
República 18

Tristeza, rabia e incertidumbre son los sentimientos que han embargado a los venezolanos que viajan por los países de Centroamérica en camino a Estados Unidos, tras recibir la noticia sobre la nueva medida tomada por la administración del presidente Joe Biden, la cual deportará a México a todos los migrantes venezolanos que lleguen por la frontera sur.

Giloska Figueroa es del estado venezolano de Guárico. Llegó a Costa Rica hace 15 días tras pasar dificultades en la peligrosa Selva del Darién. Ella se dirige junto a su familia hacia Estados Unidos y este 12 de octubre, tras escuchar el anuncio de la nueva medida, lloró como una niña desconsolada, mientras estaba bajo el cielo lluvioso de San José, la capital tica.

Pese a que la nueva política migratoria de Estados Unidos deja en el limbo a miles de migrantes venezolanos que aún van en camino, la joven de 27 años no duda en decir que ella y su familia van a seguir el plan inicial. Aunque la incertidumbre embarga sus pensamientos, la esperanza que tiene por salir adelante es mayor.

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La nueva medida permitirá el ingreso de 24 mil venezolanos que cuenten con un patrocinador en Estados Unidos y que lleguen por avión. Desde el pasado jueves las autoridades ya iniciaron las deportaciones de venezolanos hacia México, país que prometió ayudarles pero que, según denuncias de los mismos migrantes, “eso es lo menos que hace”.

Un sueño quizás inalcanzable

Giloska está a la par de sus dos hijos, de 3 y años, mientras con voz entrecortada relata su travesía. De día llegan a un paso a desnivel ubicado en San Pedro de Montes de Oca, en San José, Costa Rica. Una zona bastante transitada debido a que enfrente hay un centro comercial, llamado Mall San Pedro.

Mientras ella y sus hijos se resguardan del sol y la lluvia bajo el puente, su esposo vende galletas y bombones a quienes pasan en sus vehículos. El poco dinero que gana con la venta lo divide en dos cosas: para alimentarse y recolectar para poder seguir su “sueño americano”. Un sueño que hoy muchos ven más inalcanzable.

“Vendimos todo. Absolutamente todo. Y no volver a tener nada, para no llegar allá, es injusto. Por lo menos todos los venezolanos que están en mi posición saben que no es fácil”, dice Giloska mientras se humedecen sus ojos.

Y no es para menos, ella formó parte de un grupo de más de 160 venezolanos que cruzaron la Selva del Darién y que vieron morir a 16 de sus compatriotas. Al llegar a Costa Rica, los que lograron cruzar Panamá caminando se dispersaron en diferentes zonas de la Gran Área Metropolitana, entre las ciudades de San José y Alajuela.

Al igual que miles de migrantes venezolanos, el esposo de Giloska espera la ayuda de los transeúntes costarricenses y conductores que pasan por la principal avenida de San Pedro, Montes de Oca.

Ella comenta que si logra ingresar a los Estados Unidos junto a su esposo e hijos estarían dispuestos a “trabajar en lo que sea”. Pues, en Venezuela, además de dedicarse a la agricultura, labor tradicional de la provincia donde vivía, aprendieron otros oficios como mecánica y atención al cliente. Su segunda opción, aunque también es la última, es quedarse en Costa Rica, señala.

Deportaciones de migrantes venezolanos ya llevan tres días

Julio Gardozo tiene solo 18 años. Dice, consternado y entre lágrimas, que solo esperó cumplirlos para irse hacia Estados Unidos. Este joven fue deportado este viernes. Creyó haberlo logrado cuando cruzó el Río Bravo y se entregó a las autoridades. Pero horas después estaba siendo regresado a México.

“Venía con mi cuñado. Estamos los dos echándole pa’ lante juntos. Pasando por selvas. Por millones de cosas. Durmiendo en el piso, en carpas, en barro, donde sea. (Pensamos) vamos pa’ lante a llegar a un mejor futuro para trabajar”, narra Julio, mientras atrás lo rodean una decena de otros venezolanos deportados junto con él.

El joven, con un rostro de desesperación y entre lágrimas, dice que buscaban “llegar a Estados Unidos, a una mejor economía, para ayudar a nuestra familia. A poder enviar plata a Venezuela por lo menos para que ellos coman algo. Ese es nuestro enojo (con la deportación). Ese es su país, nosotros lo respetamos. Pero ya estábamos adentro”.

Julio cuenta que es uno de los hermanos menores, pero tiene otro más pequeño. “Él vendió su teléfono. Y eso nunca lo voy a olvidar. Me dijo: ‘Voy a vender mi teléfono para darte 100 dólares más para que completes para el pasaje’. No se me va a olvidar nunca. Y él lo va a ver. Yo dije: ‘Voy para Estados Unidos porque le voy a regalar algo mejor'”, narra en medio de un choque de emociones de rabia y frustración.

Dispuestos a seguir adelante

Leonardo Rodríguez, es originario de Caracas, la capital venezolana que en otros tiempos fue una de las más desarrolladas de Latinoamérica. Él lleva cuatro días en Costa Rica y espera recoger el dinero necesario para continuar con su travesía hacia Estados Unidos.

“No tengo visa, no tengo nada, pero allá vamos todos, mi hermano. En el nombre de Dios todo es posible”, explica Leonardo.

El joven venezolano viaja con su hermano. Venden dulces en un semáforo de San Pedro, Montes de Oca. Durante la noche, duermen en una pequeña carpa cerca de la terminal de los buses conocida como la 7-10. De ahí, precisamente, salen los buses que se dirigen a la zona fronteriza con Nicaragua.

Leonardo migró de Venezuela a Colombia. Ahí estuvo viviendo los últimos cuatro años, pero la crisis laboral en ese país lo obligó a emprender el viaje hacia los Estados Unidos.

“Estoy dispuesto a seguir adelante”, dice Leonardo, migrante venezolano que vende caramelos junto a su hermano en un semáforo de San José, Costa Rica

Y aunque sabe que “la situación está un poco complicada” por el cierre de la frontera estadounidense a los migrantes venezolanos, está “dispuesto a seguir adelante”.

“No tengo familia allá, ni nada, pero, sí se puede”, dice con una confianza admirable.

Más de 6 millones de migrantes venezolanos

La crisis migratoria venezolana es grave, según la Agencia Central de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Solamente, durante el mes de agosto, cruzaron alrededor de 24 mil venezolanos desde la frontera de México hacia Estados Unidos. Y en el mes de septiembre lo hicieron otros 33 mil.

De acuerdo con Acnur, existen 6.8 millones de venezolanos refugiados en diferentes países del mundo. Más de 970 mil son solicitantes de asilo y alrededor de 2.4 millones ya cuentan con un estatus migratorio definido.

“Las personas continúan saliendo de Venezuela para huir de la violencia, la inseguridad, las amenazas, y la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales”, señala el organismo.

Con más de 6 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela, esta se ha convertido en la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud en el mundo.