Jordan Taisigüe: teatro para crecer y sanar

Desde la experiencia artística, en especial el teatro, este nicaragüense desde el exilio ha construido un tejido social y desarrollado capacidades que han contribuido a sanar el duelo de lo que representa una migración forzada.

  • 7:19 pm
  • Abr 13, 2022
Jordan Taisigüe
República 18

Yemn Jordan Taisigüe López es un joven nicaragüense exiliado en Costa Rica apasionado por el teatro y los títeres.

Llegó a Costa Rica el 12 de agosto de 2018 buscando protección debido a la persecución que sufrían los jóvenes en Nicaragua, tras la respuesta violenta del régimen de Daniel Ortega a las protestas y molilizaciones ciudadanas, que estallaron en abril de 2018.

Para Jordan Taisigüe , el teatro es “una ideología, una forma de vivir”, además, “una herramienta social y política muy importante”.

El exilio ha sido un reto

Para el joven antropólogo egresado de la UNAN-Managua, el exilio ha significado un reto, en todo el sentido de la palabra. A pesar de haber estudiado antropología en una universidad nicaragüense, sus títulos no tienen valor en Costa Rica. Por tal motivo, ha tenido que evolucionar y aprender nuevos oficios.

“En tu país vos tenés una red de apoyo que empieza con tus padres, tus familiares y tus amigos, aquí no tenés nada de eso”, agrega.

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En Costa Rica ha tenido que trabajar de camillero, cuidando a personas enfermas y de la tercera edad y también en construcción.

“Aquí vos te rifas a trabajar y a vivir solo. Ves como resuelves tus cosas y tus problemas solo”, añade.

Jordan Taisigüe desde el exilio en Costa Rica. /Foto cortesía.

Jordan Taisigüe, más de 10 años de hacer teatro

Jordan Taisigüe entró al mundo del teatro cuando llegó a la universidad en Managua en el año 2008.

Es originario de Río San Juan y agrega que, para él, entrar a la universidad fue un abanico de oportunidades para aprender cosas nuevas.

“Hacía teatro en la iglesia, el arte siempre me ha cuadrado”, agrega. Pero fue en 2009 cuando logró entrar a la Escuela Nacional de Teatro en Nicaragua.

En el año 2013 fundó una escuela de teatro en Río San Juan, donde combinó la antropología con el teatro para invitar a los niños a que pensaran por sí mismos.

En esa época también tuvo un papel secundario en la película “La pantalla desnuda” producida por Camila Films en 2014.

“Para mí, un chavalo de Río San Juan, se me abrió el mundo completamente”, señala.

Los “Cuentos del Río” de un chavalo nica

Jordan Taisigüe con los niños de Río San Juan. / Foto cortesía

Pero fue el trabajo de Jordan Taisigüe con los niños de Río San Juan y su participación en “La pantalla desnuda” lo que llevó su labor a la pantalla grande.

Con el documental “Los Cuentos del Río” la cineasta Julie Schroell relata la labor de Jordan, un joven antropólogo apasionado por el teatro que lleva su conocimiento a los niños de Río San Juan.

“Cómo yo trabajaba el tema de la política, cómo yo trabajaba el tema de los conflictos sociales con los niños y cómo afectaban los conflictos sociales a los nicaragüenses en 2017, antes de la crisis de 2018”.

El documental entró a la competencia para ocupar un lugar en los Premios de la Academia, los Oscar y a pesar de no haber entrado ganó muchos premios en Europa.

En una entrevista para el Delfino CR, Taisigüe, compartió que la preproducción del documental se realizó en el año 2017 y en medio de los trabajos de edición y postproducción los agarró la crisis socio-política del 2018, un hecho ante el cual tuvo que huir a solicitar refugio en Costa Rica, al ser amenazado por el régimen en medio de la arremetida que ejerció el orteguismo contra toda voz disidente u crítica del gobierno de Daniel Ortega.

Resiliencia a través del teatro

Desde la experiencia Artística, en especial el Teatro, Jordan Taisigüe ha podido desde el exilio construir un tejido social y desarrollar capacidades que han contribuido a sanar el duelo de lo que representa una migración forzada. El teatro garantiza además la libertad de expresión y con ella la expresión de sus emociones.

A finales del año 2019 tuvo la oportunidad de tomar un curso de teatro avanzado en la capital costarricense, San José.

“Me sirvió para divertirme, me sirvió para reactivar el teatro y sentirme bien conmigo mismo”.

Participar en este taller significó para él, poder conseguir un aval de teatro costarricense que le ayudaría a participar en obras en ese país.

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Esto facilitó que pudiera laborar para un grupo de actores que presta simulaciones de pacientes a hospitales con el fin de entrenar a estudiantes de medicina.

“Es súper tuanis poder trabajar en actuación y eso es uno del plus de todo esto”.

Para Jordan Taisigüe la interiorización que necesita un actor para interpretar un papel ayuda a las personas a conocerse ellas mismas, por ende, a sanar sus heridas.

“El hecho de ese conocimiento interior de uno, te ayuda a tratar tus propios traumas, tus propios miedos y a tratar esos sentimientos”.

De igual manera la interiorización que se debe hacer para lograr una interpretación teatral despierta tu autocrítica.

“El teatro ayuda a que te sanes a vos mismo, para hacer una interpretación, primero vos tenés que conocerte”, agrega Jordan.

Es así como en el exilio escribió junto a otros artistas la obra de títeres “Érase una vez un pueblo de cartón”.

Un pueblo de cartón

La obra de teatro representada en títeres fue escrita por el proyecto Rebrote apoyado por el Ministerio de Cultura de Costa Rica, a través de los Fondos de Cultura.

La obra es un cuento de fantasía que relata la migración de un grupo de seres de cartón hacia el mar tormentoso.

Trata sobre la migración forzada, también sobre aprender a soltar y el contar historias, “todas las cosas que pasan en las migraciones y nadie habla de eso”.

Jordan Taisigüe forma parte del Colectivo de Teatro “Pa´ Crecer”, el “Colectivo de Títeres Rebrote” y forma parte del “Grupo de teatro las comadres”.

“El teatro para mí es una necesidad de salud. Yo necesito hacer teatro en mi vida para no entristecerme”, señala.

De igual manera, Jordan aconseja a los jóvenes exiliados “que estudien, que crezcan. Todos los retos se pueden convertir en oportunidades si sabemos aprovecharlos”, concluye. 

Descripción de la obra “Érase una vez un pueblo de cartón”.