Violencia contra niñas se acentúa con crisis y pandemia en Nicaragua
Desde 2018 la ruta de la justicia se ha acortado, no sólo porque se ha alentado la impunidad sino porque operadores políticos intentan resolver los casos de agresiones sexuales con mediación.
La primera vez que acosaron a María de Cristo Cano, fue a la edad de 12 años, mientras salía de su colegio y se dirigía a la casa de una amiga. Cano relata que era un día como cualquier otro, en el que otras niñas también se dirigían a sus casas y que portaba su uniforme escolar.
“En eso venía un hombre en bicicleta e hizo un sonido para llamar mi atención. Cuando di la vuelta para ver quien hacía el sonido, me di cuenta que ese hombre venía con el zipper bajo, sacó su miembro y se empezó a masturbar”, relató Cano.
Aunque no fue el último episodio de acoso, Cano expresó que este es el que más le marcó a esa edad y que, sumado a otros, la llevaron a profundizar en el tema de la violencia hacia las niñas y adolescentes.
Por esta razón, Cano, quien es creadora de contenido digital, lanzó recientemente la campaña “Niña Siempre Niñas”, con el objetivo de crear conciencia en la sociedad nicaragüense “para que no normalicemos estos abusos”.
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“La campaña se enmarca en una iniciativa regional que se conoce como “Niñas no Madres” y que busca visibilizar los casos de abuso y violencia que viven estas niñas y adolescentes en Latinoamérica, que es la región con mayores tasas de embarazo adolescentes”, señaló Cano a República 18.
Cano añadió que la campaña no mira la problemática solo como datos, sino como lo que implica en realidad para el desarrollo de la niñez y la adolescencia.
Desprotección a las niñas se acentuó en 2018
A raíz de la crisis sociopolítica de abril de 2018, la desprotección a niñas y adolescentes por parte del Estado nicaragüense incrementó, debido a la represión gubernamental; y posteriormente se acentuó debido a la pandemia de la Covid-19.
“Cada día cinco niñas dan a luz producto de abuso sexual. Hay muchas personas que no creen esto, pero es una realidad, con o sin pandemia y desde antes de la crisis sociopolítica. Sin embargo, con la pandemia la situación se vuelve más vulnerable para las niñas porque las rutas de justicia se acortaron”, explicó Cano.
Foto: República 18.
“La condena social debe iniciar desde la calle para que nos demos cuenta que estos hechos ocurren y que dejemos de normalizar un sistema de creencias que perjudica la salud de las niñas”, añadió.
Posteriormente, la pandemia de la Covid-19 hizo que las víctimas permanecieran más tiempo con sus agresores.
Agresores de niñas no actúan solos en el seno familiar
Cano destacó que según el sondeo que realizó previo a la campaña, el 43% de las agresiones ocurren en los hogares, por lo que los agresores son personas muy cercanas.
“El agresor nunca actúa solo. A todos nos han enseñado que un abuso sexual es una cuestión bilateral, pero no es así, sino que está vinculada la sociedad. Cuando el agresor abusa, hay un sistema de creencias que lo respaldan, como la discriminación directa a las víctimas”, señaló.
Un especialista en temas de la niñez y adolescencia consultado por República 18 en condición de anonimato por temor a represalias gubernamentales, explicó que uno de los factores que juegan en contra de los menores de edad abusados es que los familiares optan por no denunciar, abriendo paso a que estas agresiones no se registren.
Foto: Cortesía.
“Son casos que ocurren en el seno de la confianza, por lo que es complejo que la gente denuncie a un papá, un tío, un sobrino, un abuelo. Entonces en los casos de la familia es donde hay más impunidad y casi la mitad de los casos de agresiones a niñas ocurren en estos escenarios”, señaló el especialista quien añadió que el cierre de organizaciones de la sociedad civil contribuye a que exista un gran subregistro.
Por su parte, Cano destacó que un potencial agresor en el hogar da señales de serlo cuando empieza a dar un trato diferenciado y preferencial a las niñas cuando comienzan a desarrollarse.
“Cuando las niñas tienen su primer período y el busto les crece, empiezan a escuchar una serie de afirmaciones como: “Ya sos una mujer, ya estas grande”, que de cierta forma, es promover la idea de que estas niñas y sus cuerpos ya están preparados para cierto tipo de experiencias como el sexo”, dijo Cano.
Operadores políticos del FSLN “resuelven” casos en Nicaragua
Otro especialista consultado en condición de anonimato, explicó que los brazos políticos del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), usurpan roles al intentar resolver los casos de violencia sexual a menores de edad en los barrios.
“En uno de los barrios de Managua, una niña de once años fue abusada por un adulto que la puso a practicar sexo oral. Cuando se interpuso la denuncia en la Policía, le dijeron que ese caso lo podían resolver con una mediación con un miembro del gabinete de familia del Frente Sandinista del barrio”, relató.
El especialista señaló que el operador político del barrio en cuestión llegó y “resolvieron” el caso en la familia y simplemente le advirtieron al agresor que no lo volviera a hacer.
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“Es un caso de impunidad que se trató como un caso de menor gravedad. Este caso debió ser judicializado”, explicó.
Nicaragua, ¿el país más seguro de Centroamérica?
Previo a la crisis sociopolítica que estalló en abril de 2018, a raíz de unas fallidas reformas a la Seguridad Social, el gobierno del presidente Daniel Ortega sostenía a nivel nacional e internacional, que Nicaragua es el país más seguro de Centroamérica.
Además, era común ver a la entonces Comisionada General de la Policía Nacional, Aminta Granera, visitando varios países de la región, para mostrar los resultados de las estrategias de “Policía comunitaria” y “Comisarías de la mujer, niñez y adolescencias”, mismas que el régimen cerró años después.
“A partir del 2018, la Policía desatiende las tareas de seguridad y se enfoca en ser un operador político para represión, por lo que los temas de violencia quedan en segundo plano”, dijo un especialista.
“Es más fácil que una patrulla se movilice por motivos políticos que por una denuncia de hechos de violencia, especialmente en agresiones hacia las niñas”, añadió.
El especialista señaló que el título de “país más seguro de Centroamérica” a Nicaragua, continúa siendo un mito, debido a la forma en la que se determinan las cifras.
“Las estadísticas que se tomaban en cuenta era la tasa de homicidio, pero el problema de la violencia es dinámico y trasciende a los números del homicidio. Si te vas a un hospital te vas a dar cuenta de cuantas niñas y adolescentes están dando a luz”, señaló.
“La seguridad no es solo homicidios, sino cómo vivís en tu casa, que las mujeres no sean agredidas. La violencia es un fenómeno dinámico que no se puede encasillar en un solo dato”, añadió.
¿Qué debe hacer un nuevo gobierno?
Uno de los especialistas citados en condición de anonimato, refirió que una nueva administración debe promover que el abordaje de la seguridad de los menores de edad debe ser participativo y comunitario, con amplios sectores de la sociedad civil.
“El Código de la niñez y la adolescencia dice que estos temas deben ser participativos, con todos los sectores de la sociedad. Pero vemos un Estado totalmente cerrado que clausuró organizaciones que abordan estos temas. Ahí tenemos una dificultad porque no hay espacios de participación ni de articulación”, dijo.
Además, consideró que se debe impulsar la educación y los temas de género en los planes de estudio de educación básica y superior.
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“También se debe incluir al currículo de educación los temas de género, abordando la temática desde un enfoque científico. Todavía vemos un fuerte peso religioso”, concluyó.
Por su parte, Cano expresó que es responsabilidad de los que tienen las capacidades, denunciar y concientizar sobre estos temas.
“Quienes tenemos la posibilidad de concientizar a la sociedad, debemos hacerlo para no normalizar estos abusos. Todos tenemos una responsabilidad social en esto”, concluyó.
