Participación de la mujer ha sido clave en la lucha por una nueva Nicaragua

La participación de la mujer en la lucha por una nueva Nicaragua ha sido destacada hoy, día internacional de la mujer, por organismos de derechos humanos y organizaciones de mujeres y feministas.

“Este 8 de marzo exaltamos el papel de las mujeres que sin descanso han luchado por la justicia, libertad, democracia y derechos humanos en Nicaragua, un país sangrante desde 2018”, se lee en una publicación del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

“Auténticas defensoras de derechos humanos”

El Cenidh destaca que la participación de las mujeres nicaragüenses en las manifestaciones contra las violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen de Daniel Ortega “les ha vuelto en la práctica, auténticas defensoras de los derechos humanos y la historia recogerá su gesta de lucha y resistencia”.

Muchas de las mujeres que participaron en las manifestaciones contra el régimen en Nicaragua fueron víctimas de acoso, encarcelamiento, abuso sexual y hasta torturas que provocaron que algunas de ellas abortaran.

“Cenidh reconoce hoy el invaluable aporte de la mujer en esta lucha por la libertad de toda la nación”.

Violencia machista y de Estado persisten

“Este 8 de marzo, las mujeres en Nicaragua seguimos enfrentando un régimen dictatorial, resistiendo en condiciones cada vez más adversas para la construcción de una democracia”, dice un pronunciamiento de la Articulación Feminista de Nicaragua.

La Articulación Feminista se refiere al estado de policial en el que se encuentra el país centroamericano, donde la pareja presidencial controla todas las Instituciones del Estado y ejerce el poder a su antojo.

“Enfrentamos la destrucción de la institucionalidad democrática, la constante violación de los derechos humanos incluyendo asesinatos, torturas, secuestros, detenciones arbitrarias, encarcelamiento, procesos judiciales difamatorios, exilio forzado, expropiaciones, cancelación de personerías jurídicas y muchas otras formas de agresión”.

Mujer nicaragüense sufre en cada rincón del país

“La pandemia de Covid-19 ha sido arma biológica de la dictadura ORMU que, con su mal manejo e encubrimiento de datos, ha dejado a la vista la insensibilidad he inoperancia con que exponen a la ciudadanía a la muerte, impactando directamente en las mujeres nicaragüenses”, señala un comunicado emitido por la Red de Mujeres de Unamos.

Unamos, anteriormente Movimiento Renovador Sandinista (MRS), señala que la pandemia ha impactado en la vida cotidiana de todas las mujeres del país porque estas pasan a ocupar el cargo de “cuidadoras de personas enfermas en el hogar, de sostén económico de sus familias y de ejecutoras del trabajo doméstico”, cargando de más deberes a las madres, abuelas, hijas, etc.

“Las mujeres indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe hoy sufren abandono estatal después de perder hasta los utensilios de cocina con el paso de ETA e IOTA que afectaron a 260 comunidades del Caribe Norte”, continúa el comunicado.

“Nuestras hermanas en el exilio sobreviven de forma resiliente en condiciones precarias; se reinventan cada día para sufragar los pagos de renta habitacional, de alimentación, de medicinas. Unas a otras se acuerpan por ante las vulnerabilidades a las que están expuestas por su negritud”.

Respeto a la integridad de las mujeres

Por su parte, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más hizo un llamado al Estado de Nicaragua la implementación de “políticas públicas que acaben con la violencia estructural contra las mujeres, el cese de la violencia sexual como método de tortura en el sistema carcelario del país y se garantice a las víctimas el derecho a la justicia, de vivir seguras, libres de violencia y sin discriminación”.

De igual manera, el movimiento de mujeres y feministas de Nicaragua afirmó que seguirán “en resistencia exigiendo acabar con la impunidad para quienes ejercen violencia machista y violencia de Estado”.

Desde abril de 2018 en Nicaragua se han incrementado los casos de impunidad contra cualquier delito, incluyendo la violencia contra la mujer en casos donde está vinculada una persona cercana al régimen de Daniel Ortega.

La clausura de las Comisarías de la Mujer, la negación de personería jurídica a organizaciones no gubernamentales y la negativa de las autoridades a permitir cualquier tipo de manifestación, incluyendo la marcha del 8 de marzo, demuestran la intolerancia del régimen y la falta de libertad de expresión y asociación en el país.