Informe “Nicaragua: una Revolución Fallida” documenta las graves violaciones a pueblos indígenas
El sufrimiento y la violencia que enfrentan los pueblos indígenas en parte se debe al papel activo del gobierno en alentar la colonización de las tierras protegidas por parte de extraños
María Gómez
“Nicaragua: una Revolución Fallida” escrito por Anuradha Mittal y editado por el Instituto de Oakland documentó las recientes violaciones que sufren los pueblos indígenas en Nicaragua y la falta de acción del Estado para proteger la vida de las comunidades.
El trabajo fue realizado entre el 2018-2019, donde se documentan decenas de testimonios de hombres, mujeres, niños y ancianos “que han sido objeto de múltiples asesinatos, secuestros, violencia e intimidación, vinculados a invasiones de tierras para minería, ganadería, y la explotación de los bosques”.
Uno de los principales casos denunciados por los indígenas es la toma e invasión de tierras por grupos de colonos protegidos por las autoridades estatales; acciones que han provocado que cientos de familias no puedan ingresar a sus parcelas para cultivar, obtener medicina, pescar, entre otros.
Claudia Paz Paz, Directora del Centro de la Justicia y el Desarrollo Internacional (Cejil) explicó que la legislación de Nicaragua es bastante avanzada; sin embargo, el Estado no ha cumplido con las leyes que protegen a los pueblos indígenas y afrodescendientes.
“En América Latina, el caso de Nicaragua es un caso particular porque su legislación es bastante avanzada, sin embargo, es letra muerta por las graves omisiones y acciones del Estado de Nicaragua…Estas acciones y omisiones del Estado de Nicaragua, han provocado la ocupación acelerada y la invasión del territorio Miskitu por terceros”, denunció la Directora de CEJIL.
Paz, también destacó que en Nicaragua se reconoce el derecho a la tierra y al territorio, pero no se ha cumplido el proceso de saneamiento, más bien se han hecho títulos de propiedad a “aquellos que han usurpado los territorios”.
Violencia producto de la negligencia estatal
La negligencia del Estado para resolver el conflicto producto de la corrupción y la alianza de las autoridades ha provocado la muerte de cientos de personas, violaciones, secuestros y desapariciones, las cuales no se investigaron.
Paz, destacó que desde el 2015 conocieron de 22 incidentes violentos, siete asesinatos, cuatro desaparecidos y 16 heridos; la situación obligó a los comunitarios a “renunciar a sus parcelas y a cualquier esfuerzo por reclamar sus derechos”.
Resultado de los enfrentamientos entre colonos e indígenas la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas provisionales a 12 comunidades con el principal objetivo de erradicar la violencia y proteger la vida de los ciudadanos, las cuales no se cumplieron.
Titulación de territorio indígena
El informe presentado por Anuradha Mittal documenta que desde el 2006, año en que Daniel Ortega asumió la presidencia del país, han entregado la titulación de 23 territorios, que representan el 31% por ciento del territorio Nacional.
“El sufrimiento y la violencia que enfrentan las comunidades no se debe solo al fracaso del gobierno en implementar la ley. Este informe muestra que el gobierno en realidad juega un papel activo en alentar la colonización de las tierras protegidas por parte de extraños”.
Paz, aseguró que la impunidad ha sido un factor decisivo para alentar a los invasores, lo que ha provocado crisis alimentaria y humanitaria en los pueblos indígenas.
De igual manera, insistió en la responsabilidad que tiene el Estado de realizar el saneamiento de las tierras, atender las solicitudes de las comunidades y garantizar sus demás derechos humanos.
Niños “duermen en el lodo”
Por otro lado, Lottie Cunningham, defensora de los pueblos indígenas y fundadora del Centro por la Justicia y los Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan) compartió el testimonio de una mujer indígena desplaza por colonos.
La mujer describe a los niños durmiendo en cabañas de bambú o en el lodo, no tienen alimentos, sus mujeres han sido violadas por los invasores y no les permiten trabajar sus tierras. “Cazan como animales salvajes, nos acosaban, nos causaban tanto temor que tuvimos que salir bajo la lluvia, sin alimentos, ni medicamentos; dejamos nuestras casas”.
La mujer indígena también resalta que ninguna de las autoridades del país se ha sentado con ellos para escuchar sus casos o buscar una solución.
“Muchos de lo comunitarios están viviendo en condiciones muy precarias. En estas condiciones deplorables de viviendas las personas sufren deterioro en su salud que amenazan con la pérdida de la vida”.
Finalmente, Cunningham detalló que las concesiones mineras, el despale y otras acciones de los colones están destruyendo los bosques, envenenando las fuentes de aguas y arrebatando las tierras.
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