Ángel Gahona: a dos años de su asesinato

Era sábado 21 de Abril del 2018. El periodista de Bluefields, Ángel Eduardo Gahona López, Director del telenoticiero El Meridiano, realizaba una transmisión en vivo por  Facebook, con su teléfono celular, sobre la quema de un rótulo con el rostro de la pareja gubernamental y quiebra de las puertas de vidrio, en el edificio de la alcaldía municipal y de un cajero automático.

En esa labor periodística se encontraba, rodeado de policías antimotines al mando del jefe policial de Bluefields, Comisionado Mayor Luis Valle Corea, cuando recibió dos impactos mortales de bala, que le segaron la vida.

A dos años de su asesinato, su esposa y compañera de equipo, Migueliuth Sandoval Cruz, desde el exilio en Estados Unidos, expresa su dolor e impotencia, por un crimen que sigue en la impunidad y que no solo acabó con la vida del periodista, sino que destruyó una familia y arrebató sus sueños como profesional.

Migueliuth, de treinta y dos años, confiesa a República 18, que le ha tocado dejar el luto a un lado, dejar las lágrimas, para continuar. “El no poder llorar, porque no quiero que mi hija tenga esa imagen de que yo lloro y lloro, quiero que ella me mire alegre, para que sea una niña feliz”.

Sandoval y Gahona, ambos periodistas, llevaban catorce años de casados y habían procreado una hija, Amanda Migueliuth.

Durante su niñez y adolescencia, la hoy viuda de Ángel Gahona, anheló formar y tener el amor de familia, ya que eso le fue negado. A sus dos años de vida, sus padres la abandonaron y la dejaron al cuido de su abuelita materna, quien la crio en medio de pobreza y muchas dificultades.

“Crecí pensado, que el día que yo tuviera mis hijos, tenía que darles al mejor papá posible, para que ellos no vivieran lo que yo viví.”

A sus diecinueve años, se casó con Ángel Eduardo Gahona López. Con el tiempo, se convirtieron en padres de una niña, Amanda Migueliuth Gahona Sandoval. Ese fue uno de los momentos más felices de la joven pareja.

“Yo me sentía orgullosísima, feliz de haber conseguido al mejor papá del mundo para mi hija y decía – ¡lo logré!, logré formar una familia”, comparte Migueliuth.

Cuando asesinan a Ángel Gahona, varios sueños fueron truncados. La búsqueda de justicia por parte de Migueliuth, significó amenazas contra su integridad física, que la forzaron abandonar Nicaragua y solicitar asilo en Estados Unidos.

Junto a su hija, inició un nuevo camino, sin protección, en un país desconocido totalmente.

“Han sido varios golpes, varias estocadas para mí. Como mujer me siento desprotegida. Me sentí sola, ya no tenía a mi mano derecha conmigo. Como madre me he sentido fracasada, con miedo, porque ahora me toca a mí sola criar, proteger y cuidar a mi hija, en un país grandísimo”, expresa Sandoval.

El perder a Ángel, significó también apagar uno de los sueños de Migueliuth, como es continuar con su profesión como periodista. “Me he dedicado a sacar a mi hija adelante, en el trabajo que me den, en lo que me salga para pagar la renta, para sufragar los gastos”, dice.

“Me duele ver algunos noticieros y decir yo hacía esto, yo puedo hacer esto y tener que doblar la hoja, porque por el momento no me siento capaz de volver a mi carrera”, agrega la viuda de Gahona.

Migueliuth, sostiene que le ha tocado asumir el rol de madre aguerrida, de ser una mujer fuerte, aparentar que todo está bien y  salir adelante. Dos años han pasado y aún no logra expresar todo el dolor que siente. “Me duele hablar de Ángel Eduardo Gahona, porque aún no sano las heridas. Las noches son de insomnio, de impotencia”, confiesa.

Con voz pausada, Migueliuth Sandoval destaca, “Ángel Eduardo, aparte de ser mi esposo, era mi amigo, mi cómplice, siempre estaba para mí. Por él fue que yo me formé como periodista”, rememora Migueliuth, a dos años del asesinato de su esposo Ángel Eduardo Gahona López el periodista asesinado por el régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo.